Los datos del sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones, a diciembre de 2017, son escalofriantes:
- Más de la mitad de los cotizantes, 58.1%, no supera los 39 años de edad, y el 73.3% no supera un ingreso de dos salarios mínimos cotizables (equivalente a RD$11,826.00). Es decir, una masa de trabajadores jóvenes y mal pagados está sosteniendo una inmensa maquinaria de riqueza para unos pocos. Y bajo este modelo que amarra las pensiones al empleo formal y al nivel de ingreso de las personas, casi el 60% de los trabajadores dominicanos nunca tendrá derecho real a la previsión social.
- La rentabilidad de las seis empresas AFP en 2017 fue cinco veces mayor a la rentabilidad de los ahorros de los trabajadores y, en el caso de Scotia Crecer, fue más de 10 veces la rentabilidad de los ahorros de los cotizantes. Las utilidades de las AFP, sólo en 2017, llegaron a casi 4.7 mil millones de pesos (cifra récord en el tiempo de existencia del sistema) y las utilidades acumuladas de 2004 a 2017 ascendieron a más de 31 mil millones de pesos. Esto es 655,485,159 dólares.
- Los ingresos y ganancias del sistema de AFP y cotización individual pueden señalarse como ganancia parasitaria y expropiación financiera, a costa del esfuerzo colectivo de trabajadores y empleadores dominicanos. El 74.1% de los fondos, más de 304 mil millones de pesos, están colocados en Hacienda y Banco Central. Los trabajadores y empleadores ponen el dinero de las pensiones, para que las AFP se lo presten al sector público, es decir a la sociedad, deuda que en capital e intereses es pagada con los propios impuestos de la gente, dueña del dinero, y encima se les cobra una comisión exorbitante por estos “servicios”.
- En América Latina sólo existen cuatro países con el modelo impuesto en República Dominicana, y se ubican entre los siete países que presentan menor tasa de reemplazo (real o proyectada) para sus pensionados. RD es el caso más grave, ya que la OCDE proyecta una tasa de reemplazo de sólo 22.8%, la más baja de la región. Para muchos, no más de 3000 a 5000 pesos mensuales durante su vejez.
- Es del todo falso que esto no ocurra cuando hay salarios más altos, más formalidad, edad más avanzada de retiro o mejores instituciones y fiscalización. En Chile, que cumple con todas esas condiciones, el 87% de los hombres y el 94% de las mujeres se pensionaba, en 2016, apenas con la mitad o menos del salario mínimo legal de ese país.
Los datos apuntan a que las pensiones y la Seguridad Social sean rescatados como derechos humanos y sociales. Se necesita un Sistema de Pensiones no privatizado, orientado realmente a la universalidad y la solidaridad como principios rectores, y en el cual los fondos administrados aseguren pensiones dignas, tasas de reemplazo definidas, mientras contribuyen a una matriz productiva más democratizada y que genere más ahorro, más empleo y riqueza, en lugar de aportar ganancias parasitarias al sector de la intermediación financiera y unos pocos grandes grupos económicos.