Pensiones: aciertos y acciones faltantes

Pensiones: aciertos y acciones faltantes

Pensiones: aciertos y acciones faltantes

Frederich E. Bergés

La promulgación de la ley 13-20 que reforma varios aspectos de la Ley 87-01 sobre la Seguridad Social y, en especial las Pensiones, ha sido un buen acierto que tardó demasiado en llegar.

El solo hecho de otorgarle personería jurídica a la Tesorería de la Seguridad Social y, en especial, aspectos relativos a las pensiones, es un elemento crítico para combatir la evasión y elusión que ha caracterizado un amplio segmento de la población objeto.

Nadie puede explicar cómo se permite la gran evasión de parte de empresas inescrupulosas que caracteriza nuestro sistema; ni como se admite a miles y miles de empresas reportar empleados devengando salarios por debajo del salario mínimo con tal de engancharles en los aspectos de salud, pero eludiendo las responsabilidades con el componente pensiones. Esperamos acciones vigorosas de parte de una Tesorería ejemplar que complemente la labor que ha desarrollado a lo largo de estos últimos años.

No obstante, aún hay muchos aspectos fundamentales en los cuales el Estado le ha faltado las acciones necesarias para cumplir con la ley y que contribuirían notablemente a mejorar las futuras pensiones de quienes aspiran retirarse con un ingreso mínino que les permita una vida digna en la tercera edad. La primera y más urgente es lo relativo al seguro de salud para quienes se retiran y por ende dejan de cotizar en el sistema.

El gasto de salud, después de vivienda y alimentación, es el mayor gasto que enfrentan los retirados, sin gozar de protección alguna cuando más lo necesitan.

Pero también está el Bono de Reconocimiento establecido en la ley, el cual el Estado nunca ha presupuestado, y menos aún cumplido.

Así también está la creación de un mecanismo viable que permita a trabajadores informales, profesionales independientes y liberales, que representan más de la mitad de la fuerza laboral del país, incorporarse al sistema de seguridad social.

Hemos logrado importantes aciertos con la promulgación de la Ley 13-20. Pero aún están pendiente muchas otras mejoras, que lejos de más cambios legislativos, solo requieren la voluntad del Estado. ¡Manos a la obra!



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