El filósofo griego Aristóteles afirmó que “el que posee las nociones más exactas sobre las causas de las cosas y es capaz de dar perfecta cuenta de ellas en su enseñanza, es más sabio que todos los demás en cualquier otra ciencia”.
Poca profundidad de pensamiento se refleja en la sociedad de hoy, hasta en quienes se dedican a la noble tarea de enseñar.
La única señal exclusiva de conocimiento profundo radica en enseñar bien, explicando las causas de las cosas.