Mal motivado por lobistas pagados por imputados de corrupción, pero certero en su crítica al abuso de la prisión preventiva, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso estadounidense metió el pico en un asunto interno dominicano al cual deberíamos poner asunto.
El derecho a defenderse en libertad si no hay peligro de fuga no tiene nada que ver con la inocencia o culpabilidad. Mantener presos a quienes no han sido condenados es una aberración jurídica, puro populismo o circo judicial. “Juzgados” mediante lawfare pasaron año y medio privados de libertad sin ni siquiera terminar la lectura de alegadas pruebas, con expedientes con miles de páginas mientras el Código Penal tiene 164 páginas.
Para condenar basta identificar el ilícito tipificado y aportar la evidencia correspondiente, no narrar una novela interminable. Creo que muchos de los imputados por corrupción son muy culpables, pero tienen el derecho a defenderse en libertad. Sin legalidad nunca tendremos un mejor país.
De la ilegalidad de secuestrar a justiciables no resulta ningún fortalecimiento del Estado de derecho, con respeto al debido proceso y los derechos humanos.