Para el productor y conductor del programa infantil La Casita de Payamín, el actor Johan Martínez, la televisión que se hace en Santiago y todo el país debe estar basada en inculcar valores en los niños que consumen ese tipo de producto de entretenimiento.
Entiende que de las buenas producciones que se hacen en el país muy pocas son dirigidas a la infancia, y las que se hacen deben educar en valores, cosa que según explica ha logrado su programa, que tiene siete años en el aire.
“Nosotros, desde que nos iniciamos, hemos procurado educar, alegrar y entretener y eso ha sido el éxito de La Casita de Payamín”, dice en la entrevista exclusiva para EL DÍA.
“Lo primero es crear conciencia a los padres de que la televisión en valores no es aburrida y eso lo hemos logrado en los años que tenemos. Los niños se divierten con nuestras ocurrencias y aprenden a la vez”, expresó.
El espacio que se difunde los sábados por el canal 57 de Telecontacto cuenta con un elenco de siete niños talentosos que conducen el programa junto con su productor y conductor, el payaso Payamín. Además, tiene varios segmentos de tecnología, historias, educación, dinámicas, concursos y reportajes.
Trayectoria
Payamín confiesa que los años que tiene su programa no se comparan con la proyección que ha logrado después de obtener su primera nominación en los Premios Soberano, que organiza la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), ya que mucha gente comenzó a darle seguimiento a su trabajo.
Añade que lo único que no le agrada es que llamen a los políticos “payasos”, “ya que este es un trabajo muy serio”, al tiempo de pronunciar su frase ‘buque insignia’ “chu-mamá”.
Sus orígenes
El actor Johan Martínez es quien le da vida al personaje de Payamín, creación que surgió de su experiencia en las tablas y donde quiso combinar payaso-mimo, lo que dio vida a una figura que ha “eliminado” su propio nombre (se ríe).
Recuerda que siendo un niño incursionó en el teatro en los grupos de la iglesia en su comunidad natal La Canela, y luego pasó a la Escuela de Bellas Artes, para formarse como actor profesional y aprender las técnicas de un arte que es parte de su propia vida.
“Yo entré al teatro por necesidad, en los grupos de mi campo no había varones para los montajes y yo fui el primero en hacerlo para las actividades de la Iglesia católica”, dijo Payamin quien , narra cómo su infancia estuvo marcada por carencias.
*Por Fior D’ Aliza Taveras