Santo Domingo.-Su historia pareciera que viene de una película de los años 70, con un escenario ubicado en Nueva Orleans, donde crece un niño que no siente otra cosa en su corazón que no sea estar al lado de la música.
Pero todo se torna diferente cuando se busca más en la vida del pianista de jazz dominicano Pavel Polanco-Safadit , un joven que paso de ser un ansioso estudiante de esta música en San Francisco de Macorís a dirigir la escuela de jazz de la Universidad de Indianápolis.
Su historia es bonita y la protagoniza junto a él su abuelo, un señor que lo ayudaba a llegar a las tres de la mañana a la iglesia del pueblo para que el tocara el piano mientras los otros niños de su edad dormían.
Devolver milagros
Hoy, buscando muchachos jóvenes para becarlos y que estos puedan tener la misma oportunidad que él, Polanco deja un poco las alturas que le da dirigir en esta academia y se coloca en un espacio de Santo Domingo a observar a cientos de jóvenes tocar un instrumentos para ver cuál de ellos merece una mano y empujarlo a que siga adelante como lo hizo él.
“Yo fui producto de la suerte y de un grupo de personas que creyeron en mí, y qué bueno que ahora puedo regresar y devolver parte de lo que a mí me dieron”, agrega el músico mientras su sonrisa ilumina el espacio donde se realiza la entrevista. Su abuelo apoyó sus sueños y sin quejarse nunca lo llevó por años a una iglesia para que aprovechara la soledad de la madrugada y le diera riendas sueltas a todo lo que llevaba en el pecho.
Pero también su madre le puso atención a su carrera y le prestaba su mesa de desayudar para que él, con sus dedos, tocara fuerte la madera y simulara estar frente al mejor teclado del mundo.
“Mis dedos son fuertes porque por horas tocaba la madera y me inventaba melodías simulando que tenía para mí el mejor piano del mundo”, cuenta el hoy maestro de música, especialmente del jazz.
Talleres
La pasada semana se reunió con cientos de jóvenes a los que les dio talleres con profesores de Estados Unidos, del Conservatorio Nacional de Música y con Mariano Latigua como invitado.
“También quiero enseñarles a los talentos de aquí cómo aplicar para becas, porque a uno se le puede dar doscientos mil dólares para una beca, pero también puede enseñar a 200 como conseguir una beca”, agregó.