Patrick Mahomes
Para que la gesta de los sorprendentes Dallas Mavericks se consume con un triunfo en la final de esta temporada de la NBA, ante los históricos Boston Celtics, los texanos cuentan con el impulso de un sexto hombre- Patrick Mahomes o “el Rey de los regresos”, como lo calificó el pasado viernes Joe Biden, presidente de Estados Unidos.
Desde hace varios años es común ver a Mahomes, tres veces campeón y Jugador Más Valioso de los Super Bowls LIV, LVII y LVIII, en la primera fila del American Airlines Center, hogar de los Dallas Mavericks, sufrir las derrotas y festejar las victorias del equipo.
El quarterback de los Kansas City Chiefs es un orgulloso texano que nació y creció en Tyler, Texas. “Soy como dual; soy texano y ciudadano de Kansas, sin duda”, dijo Mahomes al final de su primera temporada (2017) con los Chiefs, equipo en el que se ha convertido en una leyenda de la NFL.
Cuando el mariscal de campo no está en su hogar en el condado de Cass, a las afueras de Kansas, se traslada a su casa en Westlake, Texas, residencia ubicada al oeste de Dallas, donde su corazón tiene gabinetes grabados con los escudos de los equipos favoritos de su infancia; Cowboys en la NFL, Mavericks en la NBA y Stars en la NHL.
Desde su etapa escolar en la Whitehouse High School de Texas, Patrick Mahomes destacó en béisbol; deporte en el que pudo ser reclutado para la MLB, pero no quiso dar el salto profesional; baloncesto y fútbol americano, en el que fue proyectado a los Chiefs de la NFL vía los Texas Tech Red Raiders del colegial.
A pesar de instalarse en Kansas, a la menor oportunidad el pasador aprovecha su tiempo para asistir a los juegos de Stars, pero encima de todo se escapa, junto a su esposa, Brittany, para apoyar a los Mavs. Al tiempo que su estatus de estrella crecía en la NFL, su cercanía con el quinteto de Dallas se estrechó gracias a su relación con Mark Cuban, propietario de los Mavericks, a quien según Mahomes basta con enviar un mensaje para asegurar su lugar en la primera línea de la duela para ver al equipo.
“Es la verdad, la mayoría de las veces sólo tengo que enviarle un mensaje de texto a Mark para obtener las entradas. He asistido a muchos juegos así y por ello he construido una gran relación con él”, confesó al final de un partido de los Mavericks ante los Raptors al que Mahomes asistió en noviembre del 2023.
En dicho juego Marck Cuban fue hasta la duela para conversar de forma entrañable con Mahomes, a quien le dio un par de palmadas en el pecho y le estrechó con fuerza la mano antes de dejarlo disfrutar del evento en el que el pasador y su esposa recibieron un jersey con la firma del esloveno, Luca Doncic, estrella de los Mavs.
“Tengo una estupenda relación con Luca y algunos de esos muchachos como Tim Hardaway Jr., y A. J. Lawson. Tengo las conexiones adecuadas en la organización de Dallas para conseguir entradas”, explicó el seis veces Pro Bowl en aquel momento.
La pasión de Mahomes por los Mavs está reforzada por la admiración que siente por la manera de hacer negocios de Cuban.
“Mark es alguien a quien observo y del que aprendo todo lo que puedo. Es una relación que espero poder mantener mientras aprendo más y más sobre negocios”, dijo Mahomes en abril del 2021.
Aprendizaje que ha implementado para adquirir una participación minoritaria en los Kansas City Royals, de la MLB, y Hyperice y Whoop, empresas de tecnología de integración de datos de rendimiento de deportistas. A partir del próximo jueves los Mavericks arrancarán la serie final de la NBA ante los Celtics, que buscan su título número 18, lo que aprieta la agenda de Patrick Mahomes, quien tendrá que asistir al minicampamento obligatorio con los Kansas City Chiefs del 11 al 13 de junio. Aunque suene difícil que este presente en toda la serie de los texanos, nada es imposible para “el Rey de los regresos».
Da igual si se trata de remontar una desventaja en el Super Bowl o enviar un mensaje a Marck Cuban para conseguir un asiento en la duela del American Airlines Center que le permita ser ‘el sexto hombre’ de los Mavs que los aliente a la conquista de su segundo trofeo Larry O’Brien en la historia de la NBA.
