Cualquiera en apuros económicos, al ver los fondos de pensiones, podría creer las mentiras de algunos diputados empeñados en “eliminar” las administradoras creadas por la Ley 87-01 de Seguridad Social.
La obcecación surgió al comprobar que dirigir manifestaciones exigiendo una “devolución” del 30 % de su fondo individual a quienes lo pidan, genera popularidad y oportunidades políticas.
Nada como crear un enemigo monstruoso y presentarse como chapulín de las masas, para politiquear irresponsablemente. Las AFP revelaron ayer que, a pesar de la propaganda contraria, durante el primer trimestre devolvieron a afiliados tardíos y herederos de fallecidos más de RD$1,740 millones.
Su asociación, ADAFP, también informó que, del patrimonio acumulado por los individuos, más del 50 % de cada fondo resulta de la rentabilidad de sus inversiones.
Las mentiras siempre tienen patas cortas y por eso no van lejos; pero es necesario que, los convencidos del mesianismo de los proponentes de destruir el sistema, entiendan que sus piquetes y marchas los equiparan a los Rosario, víctimas de un fraude que sólo beneficia a sus promotores.