“Las más grandes personas son aquellas que, a pesar de su permanente formación y de sus éxitos, siguen siendo sencillas, humildes y tienen la elegancia suprema de saber pasar desaperscibidos”… leer este párrafo es como agua en el desierto en un mundo donde se alimenta el ego como se alimentan los cerdos para engondarlos
Hoy, el mensaje es claro: “Visibilidad, visibilidad, visibilidad y más visibilidad”. Todos quieren ser vistos, reconocidos y valorados como una epidemia de la “exposición” y las redes sociales son la pantalla donde estar y dejarse ver.
Si lo piensas un poco, muchos han convertido estas plataformas en su forma de expresión… la manera de trasmitir al mundo lo que son, sienten y padecen. Viven para las cámaras y a través de las cámaras también han logrado “generar recursos”. Esto no es bueno ni malo. Cada época tiene sus características y la de esta es “vernos bien y dejarnos ver”.
El real problema son los “extremos”… lo triste es cuando dejamos de disfrutar el momento para capturarlo en una imagen o vídeo para compartirlo con los seguidores de manera indiscriminada. Es el tiempo de la visualización. Nos grabamos, grabamos a otros, y compartimos, compartimos y compartimos con o sin filtros.
Una sana interacción entre lo que vivimos y compartimos es el ideal. Despierta. Haz la práctica de saludar cada nuevo día, de observar con tus ojos todo lo bello que se nos presenta, siente con cada poro de tu piel el calor del nuevo sol, abraza, da las gracias, saluda con amabilidad, sonríe, sé feliz… y luego, solo después, comparte.
Deseo que tú, -tengas la edad que tengas y en tu situación familiar, económica, de salud física y psíquica concreta en la que te encuentres-, descubras el milagro de las cosas sencillas, de la paz interior, confianza en ti mismo, éxito y fe en la vida que puede darte la decisión de ser lo que eres sin temor y sin la imperiosa necesidad de seguir las corrientes. Sé ese amigo que puede ayudar sin ser reconocido.
Trata de ser la luz que guía a todos los que te rodean. En medio de tanta agresividad y materialismo, tú puedes ser ese remanso de paz y autenticidad que rompe las barreras.
Recuerda: Tienes todo lo que necesitas en tu interior para ser la mejor versión de ti mismo, sin la necesidad de la validación de terceros.