Pasado, presente, futuro

Pasado, presente, futuro

Pasado, presente, futuro

Rafael Molina Morillo, director de El Día

Hoy estoy por filosofar. Y me viene a la mente el tema del Tiempo, así, con mayúscula. Ese anciano venerable de larga barba blanca, como lo pintan algunos maestros del pincel, que sabe todo lo pasado e ignora todo lo por venir.

Eso lo convierte en un sabio, por una parte, y un burro por la otra.

Como una fina línea divisoria entre el pasado conocido y el futuro desconocido está el inasible presente, tan fugaz que resulta ser inexistente, pues apenas llega, proveniente del futuro, ya es pasado.

Pasado, presente y futuro, esos son los ingredientes de ese misterio que llamamos Tiempo. No tiene color, no hace ruido, no huele ni hiede, no siente ni padece, no sabe a nada… sin embargo, sabemos que existe.

Se me ocurre pensar que el Tiempo pertenece a otra dimensión, diferente a las conocidas como largo, ancho, altura y profundidad.

Por otra parte, se dice que el Tiempo es eterno. ¿Cómo negarlo? No tiene comienzo ni final, así como el espacio es infinito, sin comienzo ni final, por más que los científicos inventen teorías como la del Big bang, para disimular su ignorancia.

El Tiempo eterno e infinito, el espacio sin límites, los misterios sin resolver, los problemas sin solución. En medio de todo ello estamos nosotros. Supongo que estamos aquí para algo, pero no atino a saber para qué.

¿Puede alguien ayudarme a entender?



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