Con tantos ajetreos por la cuarta ola del Covid, la pospuesta reforma fiscal, el peligro haitiano, la Policía desaforada, el combate al narcotráfico (y lavado de activos) y las alzas de precios, muchos ciudadanos hemos pospuesto atender una crisis tan o más grave, que por cercana y enorme se hace difícil de ver.
Es la situación de los partidos. El PRM está fermentando por el atávico lisio perredeísta de que la peor oposición, por traicionera, la hacen a su gobierno políticos profesionales insatisfechos o ambiciosos, renuentes a aceptar que entre perremeístas este tiempo es de Luis Abinader.
Son loables Paliza, David, Carolina e Ito, quienes, habiendo sido señalados como aspirantes presidenciales, trabajan notablemente a favor y no contra el éxito de Luis. En el PLD, el desbarajuste aumenta por las indefendibles declaraciones de su presidente Danilo Medina y los procesos judiciales.
La FUPU es mucho ruido y pocas nueces. El PRD un espectro… Los demás, caricaturas de partidos, viven del Erario. Ninguna democracia funciona con tantos órganos enfermos. ¡Algo debemos hacer!