
Compartir:
SANTO DOMINGO.-Aun cuando lleva el nombre de quien fuera su Santidad Juan Pablo II, el parque conocido como el de “La Venezuela”, por estar ubicado en esta avenida, del ensanche Ozama, luce descuidado “y sin vida”, a sabiendas de que pudiera ser un remanso de paz en honor a la figura del fenecido papa.
Al igual que otras estructuras recreativas mostradas por EL DÍA en entregas anteriores, este espacio carece de mantenimiento regular, lo que está provocando que sus bancos en hierro forjado se vayan destruyendo paulatinamente, así como los juegos infantiles.
