Santo Domingo.- A un mes de la tragedia por el colapso del techo en la discoteca Jet Set, que dejó un saldo de más de 230 fallecidos y cicatrices imborrables, una pareja de sobrevivientes aún no logra dormir como antes lo hacía debido a las secuelas emocionales.

Víctor de la Cruz, miembro de los Haineros Dorados y su esposa Marisol Chalas, confiesan que no han logrado retomar un patrón de sueño regular desde aquella noche, ya que el fatídico momento no logra salir de sus memorias.

Chalas relata que desde las 4:00 de la mañana, ya están hablando del tema, “porque es que no nos cansamos de recordar, todo se nos viene a la mente”.

De la Cruz recuerda esa madrugada en el Jet Set, en la que sus piernas quedaron enterradas y que de haber sacado a su esposa primero, probablemente habría fallecido, pero Marisol no permitió que la saquen antes de asegurarse que él se mantuviera con vida.

“Si a ella la hubiesen sacado primero que a mí, yo iba a quedar enterrado y ella nunca permitió que la saquen antes de que a mí me levantaran la pared de encima”, precisa el hombre oriundo de Haina, en San Cristóbal, al conversar para un programa de investigación.    

Entre lágrimas, Chalas explica que no iba a permitir que lo dejaran enterrado y que entendía que Dios los libró de morir ese día, ya que tanto quienes estaban al lado como al frente de ellos, no sobrevivieron.

Charlas expresa que hay una imagen que no puede olvidar ni con el pasar de los días: la del techo cayendo sobre ellos.

“Yo vi el techo cuando venía hacia a mí”, manifiesta, al indicar que luego de la tragedia, cada vez que ella y su esposo salen a un sitio cerrado, lo primero que hacen es mirar hacia el techo.

A pocos días marcas hacían visible la tragedia en Marisol

Con apenas días de la tragedia, el domingo 13 de abril, los rasguños en el brazo, la frente y una pierna, eran sólo una muestra en el cuerpo de Chalas de aquella fatídica madrugada cuando colapsó el techo del Jet Set, donde junto con su esposo vivieron para contarla.

Esa noche fueron a ver a Rubby Pérez, quien se había criado en el mismo sector que su pareja, por lo que quisieron ir con otros amigos a darle apoyo al artista, sin imaginar que en unos segundos todo se volvería gris y perderían a tantos amigos.

“Buenísimo estaba el ambiente, yo particularmente la estaba pasando muy bien, nunca me imaginé que iba a vivir esa pesadilla que yo viví esa noche”, comentó luego de celebrada una misa por al menos 24 fallecidos de la comunidad de Haina.

En ese momento, explicó que su mesa junto a unos 24 compañeros estaba ubicada a la derecha de la entrada y antes de que cayera el techo sintió que le cayó agua, pensó se trataba del aire acondicionado y se quedó tranquila, pero en otra parte vio que estaba cayendo más agua y ahí mismo se derrumbó el techo.