Paredón moral

Paredón moral

Paredón moral

Este pasado domingo 21 de diciembre falleció una de las jóvenes mujeres más hermosas de Puerto Plata, blanca como la espuma del mar, alta y delgada, imponente como nuestra montaña Isabel de Torres.

Todos los caballeros de su época se arrodillaban en actitud reverente y respetuosa cuando la veían pasar.

Descendía de una familia prestigiosa, honesta y trabajadora. Desde luego, con el transcurrir de los años perdemos parte de esos encantos y atractivos de la juventud, pero doña María mantuvo una fina elegancia de reina hasta los últimos días de su vida, como muy pocas damas logran conservar.

Esa bella mujer fue la esposa, la compañera y la madre de hijos que con su labor han hecho grandes aportes a la sociedad, sobre todo en el campo de las telecomunicaciones, herencia de un hombre excepcional, como Waldo Rafael Musa Monción, amigo consecuente, un puertoplateño ejemplar, cuyo nacimiento fue el 10 de enero de 1937.

¿Quién no quiso a Waldo Musa? ¿Quién no admiró a Waldo Musa? ¿Qué puertoplateño no se puso triste el día que Waldo Musa dijo adiós y se mudó cerca de Dios en el Paraíso el 21 de febrero del año 2007?

Hoy también el pueblo lamenta muy sinceramente la partida de esta dama elegante y sencilla que llenó de alegría, de amor y de paz el hogar que compartió con su inolvidable Waldo Rafael Musa Monción.

¡Hasta mañana doña María! ¡Hasta mañana Waldo! Luego seguiremos conversando.



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