Por muchas excusas y explicaciones que se busquen tratando de justificar el consumo de esteroides por parte de Fernando Tastis Jr., las mismas no se encuentran ni en los centros espiritistas, porque un jugador con las condiciones excepcionales y demostradas hasta la saciedad en todos los escenarios, se hace imposible de entenderlas.
Tatis Jr., se puede afirmar, era hasta ese momento el jugador más popular en Grandes Ligas, por lo que no tenía la mínima necesidad de recurrir al consumo de sustancias prohibidas.
Pero parecería que una gran parte de los peloteros tienen la cultura del engaño, ya que no son uno ni dos los que han sido penalizados.
Es tan así, que de acuerdo a las estadísticas, más del 44.5 por ciento de los suspendidos en toda las Grandes Ligas, son dominicanos.
Como dominicano, y así debe sentirse la mayoría, la suspensión de Tatis debe servir para que se produzca un “stop” definitivo de esta condenable y censurable práctica.
Un jugador de su estatura debió estar consciente de que figuras con igual o mejor historial en sus carreras, entre ellos dominicanos, están manchados de por vida por el consumo de esteroides.
Es una lástima, que teniendo amplios conocimientos de las drásticas sanciones a las que se exponen, todavía algunos se hagan ilusiones de que todavía se pueden burlar los protocolos, cuando la realidad demuestra lo contrario.
Deseamos toda la suerte del mundo a Tatis Jr., porque definitivamente, la necesita.
Y es que todavía es un jugador muy joven que tiene mucho que aportar con su talento.