Ayer lunes 14 de abril se cumplieron exactamente 66 años de mi primera salida a la calle en mi calidad de reportero de prensa, libreta en mano, lápiz sin estrenar todavía y un corazón henchido de emociones frente a un desafío lleno de misterios por desentrañar.
La misión a cumplir era dar la cobertura periodística al inicio de los trabajos de construcción del Faro a Colón, con los cuales se materializaría un sueño continental acariciado durante muchos años por los países latinoamericanos.
Coincidía ese acontecimiento con la salida a la luz pública del primer número del diario “El Caribe”, precisamente el periódico para el cual yo empezaba a trabajar ese día, después de unos tres meses de entrenamiento junto a otros jóvenes que también se iniciaban en este oficio.
El jefe de redacción era un veterano con mucho qué enseñar: Rafael Herrera, de quien aprendí, entre muchas reglas periodísticas, a transitar en el delicado laberinto de las noticias y los intereses creados.
Aquel 14 de abril de 1948, cuando Herrera me mandó a cubrir el inicio del Faro, en realidad fui acompañado de Leoncio Pieter, quien también compartió conmigo algunos trucos del oficio que ya él conocía. La crónica del acto en cuestión mereció ser la noticia principal de primera página de ese día.
Viajando de reversa en la máquina del tiempo, recuerdo con nostalgia a quienes fueron mis compañeros en el nacimiento del periódico en cuestión y les rindo un homenaje lleno de gratitud. Ha llovido mucho desde entonces para acá. Pero ni la más severa tormenta podrá borrarles de mi memoria.