Si fuera fácil rodearte solo de personas positivas que aportan valor a tu vida, todos lo haríamos ¿no? Pero la teoría es mucho más fácil que la práctica y a la hora de la verdad hay que manejar diferentes personas en tu vida, porque hay muchas que aunque no quieras permanecen en ella.
Pero no se puede hacer responsables a los demás de lo que te pase, porque al final depende de ti las decisiones que tomes y cómo actúes con lo que la vida te presente.
Es mucho más fácil aprender a manejar a todas las personas con las que te relacionas, que echarles la culpa de aquello malo que te pasa. Te aseguro que en el instante en el que decides hacerlo, todo va a fluir mucho mejor.
Ahora bien, hoy quiero hablar de aquellas personas que sí son valiosas y es importante tener cerca. Son las que caminan contigo sin querer controlarte, salvarte o solucionarte las cosas, sino que están ahí para aconsejarte, escucharte y sobre todo para darte la oportunidad de tomar las riendas. Esas son las que hay que cuidar con toda la fuerza que puedas.
Son verdaderos mentores, capaces de aportar sin esperar ni siquiera que les hagas caso, sino simplemente que están ahí para ti, no te ponen límites, ni te marcan metas o te juzgan y la mayoría de las veces es porque esperan exactamente lo mismo de ti.
Ponernos la capa de súper héroes pensando que podemos ayudar a todo el mundo no nos hace mejores personas, pero ser capaces de estar ahí para quienes apreciamos sí, pero sin presionar, imponer o querer que sean lo que nosotros entendemos.
Al final, repito, la decisión es tuya, incluso del tipo de persona que vas a ser para los demás.