Este es mi último escrito del año. No puede faltar el cliché: “les deseo un próspero y venturoso año 2019”. Pero además de eso quiero decirles algunas cositas más.
El 2019 será un año decisivo, donde los dominicanos tendremos que establecer mecanismos y estrategias para lograr el necesario cambio en la República Dominicana.
Las elecciones son en 2020, pero se ganan en 2019.
El pueblo sufre la falta de servicios básicos, la democracia muere ante las ambiciones de unos pocos, la soberanía peligra. Es la triste realidad que tenemos, la cual debemos cambiar sin demora.
Pero ese cambio no lo traerán los Reyes Magos, ni Santa Claus, ni la Vieja Belén… Tendremos que construirlo los dominicanos. Un proceso que exigirá mucho esfuerzo, dedicación y sabiduría.
Tres cosas les pediré para 2019: unidad, unidad y unidad. Así, y solo así, pondremos fin al secuestro institucional que amenaza nuestra democracia, nuestros derechos fundamentales y nuestra soberanía. Ya vendrán momentos para dirimir nuestras diferencias, pero ahora es tiempo de mirar aquellas cosas que nos unen y luchar por ellas.
Los cambios se hacen desde el poder, y al poder se llega únicamente de dos formas: por las armas o por los votos. Estamos ante una hermosa oportunidad de librar a nuestro pueblo de la amarga copa de la violencia, y producir un cambio democrático por la vía electoral. Si bien no tendremos el gobierno ideal, tendremos el gobierno que permitirá seguir avanzando.
Nuestros sueños, valores y esfuerzos deben estar vestidos de pragmatismo. Miremos el cielo, sin olvidar mantener los pies en la tierra.
Despidamos un año grandioso, donde la dignidad se mantuvo de pie contra la corrupción; y recibamos con el corazón lleno de esperanza un nuevo año, que vislumbra ser de grandes luchas, pero también de grandes logros.
Sabiduría y entendimiento, valentía y determinación.
Que el amor por el prójimo guíe nuestras acciones.
Muchas felicidades queridos hermanos y hermanas, y que viva la República Dominicana, hoy, mañana y siempre.