Daniel Cruz es un gran compañero del PLD que conocí en el Comité Intermedio César Augusto Sandino, donde fui secretario general por varios años por 1978 en adelante, hasta que me hicieron activista nacional para organizar y fortalecer el partido por todo el país, cuando soñábamos con hacer la liberación nacional y liberar a la sociedad de tanta pobreza e ignorancia que aun y a pesar de muchos avances seguimos sufriendo.
En su cuenta de Facebook el compañero Daniel hace algunas reflexiones muy interesantes sobre la disposición de la Junta Central Electoral y las posiciones que han asumido algunos líderes en todos los partidos, donde se contradicen con la posición que asumieron cuando tomaron la decisión de unificar las elecciones congresionales con las presidenciales que venían realizándose separada desde 1998.
¿Y cuál fue la razón fundamental de los líderes políticos y la sociedad para unificar de nuevo las elecciones en 2016? Daniel Cruz lo resume con estas palabras: ¿Por qué volver a organizar en el mismo año las elecciones de todos los niveles como había sido hasta 1994?
Simple, porque supuestamente las direcciones de los partidos se dieron cuenta de que con el sistema de elecciones cada dos años las entidades políticas no tenían tiempo para organizarse, depurar su padrón, someterse a planes educativos, en fin, para mirar hacia dentro.
No podíamos estar cada año en una campaña política, donde además de abandonar tareas fundamentales, estaba la desviación de recursos e incluso del erario para dedicarlos a campaña, además del valioso recurso que es el tiempo y que en los países subdesarrollados no valoramos para nada.
Y todo esto a expensas de las tareas fundamentales de no solo mirar el partido dentro, fortalecerlo y organizarlo, también las tareas del Estado, que se van delegando a un segundo plano, mientras la sociedad espera y sufre por la solución de esos proyectos con los cuales atraemos los votantes.
En mi parecer, nuestros líderes de hoy están perdidos. Siguen creyendo que la sociedad es la misma de 5 o 10 años antes. Hoy son millones de jóvenes y mujeres que van a definir las elecciones, y ese conglomerado hoy tiene un pensamiento más claro y preciso sobre lo que quiere: quiere líderes más cercanos, más transparentes, que sintonicen con sus deseos.
Y no es verdad que una marcha o caravana o mitin hoy le va a llenar sus expectativas.
Pero por otra parte, tenemos las organizaciones y su institucionalidad.
Los partidos son la herramienta que fundamenta la democracia, y si nuestros partidos, como plantea el compañero Cruz, no son atendidos adecuadamente por sus líderes, para que puedan servir de enlace, de puente con la sociedad y el Estado para lograr el bienestar colectivo, tenemos demasiados ejemplos en América y el mundo que debiéramos estar analizando, para no recorrer el mismo camino.
En nuestro país, los partidos han sufrido una metamorfosis que como un cáncer se los va comiendo, sin que hasta ahora veamos acciones de sus más encumbrados líderes de pretender revertir el daño. Están montados en una nube de propósitos desviados de los intereses colectivos.
Cada vez están más presos de sus intereses particulares, alejándose de su sociedad, y se creen que porque tienen una jauría detrás que obedece a sus deseos como faraones, que esa es la misma actitud de las masas, las que le van a votar.
Necesitamos que despierten y se pongan a construir capital social y político y estructurar y fortalecer la institucionalidad de nuestros partidos, antes que sea demasiado tarde.