Fotografía de archivo del 2 de diciembre de 2015 del cardenal alemán Gerhard Ludwig Mueller después de reunirse con el papa Francisco al final de su audiencia general en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. (AP Foto/Alessandra Tarantino, Archivo)
Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco decidió no renovar el mandato del cardenal conservador responsable de la doctrina del Vaticano y en cambio nombró a un alto asesor español como nuevo responsable de la poderosa congregación a cargo de los casos de abuso sexual y que garantiza la ortodoxia católica en todo el mundo.
El pontífice argentino y el cardenal alemán Gerhard Mueller estaban enfrentados por la disposición del papa a permitir que los católicos casados en segundas nupcias por lo civil puedan recibir la comunión.
Mueller insistía en que eso no es posible porque la Iglesia defiende la indisolubilidad del matrimonio. En un comunicado breve emitido el sábado, la Santa Sede precisó que el papa agradeció la labor de Mueller.
El mandato de cinco años de Mueller termina este fin de semana y en diciembre cumplirá 70 años. La edad normal a la que suelen retirarse los obispos es a los 75 años.
Eso significa que el papa Francisco podría haberlo mantenido en el cargo por al menos cinco años más, pero declinó hacerlo.
El Vaticano informó que el jesuita español Luis Ferrer, hasta ahora número dos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sucederá a Mueller.
Esta fue la segunda gran sacudida esta semana en el Vaticano, después de que Francisco autorizó que otro jerarca católico de línea dura, el cardenal George Pell, regrese a su Australia natal para ser juzgado por cargos de agresión sexual. Mueller y Pell son dos cardenales más poderosos en el Vaticano, después del secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin.
Sus ausencias probablemente crearán cierto vacío de poder para el ala conservadora en la jerarquía de la Santa Sede. El papa emérito Benedicto XVI había designado en 2012 a Mueller, su compatriota alemán, para que dirigiera la congregación.
Benedicto XVI tomó una línea dura contra los curas acusados de abuso sexual durante el tiempo en que fue prefecto de la misma congregación, y más tarde como papa, expulsando a cientos de sacerdotes acusados de molestar y violar a menores de edad.
También fue Benedicto XVI quien insistió en que los obispos de todo el mundo enviaran a la congregación todos los casos de sacerdotes que enfrentaran cargos creíbles para su procesamiento, ya que hasta entonces los obispos acostumbraban simplemente cambiar a los pederastas de una parroquia a otra en vez de sancionarlos o denunciarlos a la policía.
Durante el mandato de Mueller, los casos de abuso sexual se acumularon a medida que más y más víctimas en América Latina, Europa y otras regiones del mundo se acercaban para denunciarlos.
El año pasado, Francisco confirmó que había 2.000 casos pendientes y propuso nombrar a nuevos funcionarios en la sección de disciplina de la congregación para procesar la sobrecarga.