Ciudad del Vaticano.– El papa León XIV advirtió sobre el riesgo de que la inteligencia artificial (IA) profundice la concentración de riqueza y poder en manos de unos pocos, y llamó a una acción coordinada entre los Estados, las empresas y la ciudadanía para garantizar que esta tecnología beneficie a toda la humanidad.
Durante un diálogo con participantes de la conferencia “Inteligencia artificial y cuidado de la Casa Común”, el Sumo Pontífice destacó que la expansión de la IA ya impacta de forma directa la vida cotidiana de millones de personas, por lo que consideró urgente replantear la visión actual del crecimiento social y tecnológico.
León XIV señaló que existe una creciente percepción de que el desarrollo de la inteligencia artificial es inevitable y ajeno a la voluntad colectiva, lo que debilita la confianza en la capacidad humana para orientar su evolución hacia el bien común.
En ese sentido, sostuvo que solo una acción conjunta que involucre a la política, las instituciones, las empresas, el sistema financiero, la educación, los medios de comunicación, las comunidades religiosas y la ciudadanía permitirá asumir una responsabilidad compartida. “Un compromiso que antepone cualquier lucro e intereses creados, cada vez más concentrados en manos de unos pocos”, afirmó.
El Pontífice expresó su preocupación por las transformaciones rápidas y profundas que genera la IA, las cuales —dijo— afectan dimensiones esenciales de la persona humana, como el pensamiento crítico, la capacidad de discernimiento, el aprendizaje y las relaciones interpersonales.
“¿Cómo podemos garantizar que el desarrollo de la inteligencia artificial sirva realmente al bien común, y no simplemente a la concentración de la riqueza y el poder en manos de unos pocos?”, cuestionó León XIV, al tiempo que apeló a la Doctrina Social de la Iglesia y al trabajo interdisciplinario para reflexionar sobre el sentido de ser humano en la era digital.
Asimismo, subrayó que el ser humano está llamado a colaborar activamente en la obra de la creación y no a convertirse en un consumidor pasivo de contenidos generados por la tecnología. Indicó que la dignidad humana reside en la capacidad de reflexionar, elegir y amar libremente, así como en la construcción de relaciones auténticas.
En relación con las nuevas generaciones, el Papa alertó sobre los efectos de la tecnología en el desarrollo intelectual y neurológico de niños y jóvenes, y advirtió que el acceso a grandes volúmenes de datos no equivale a la capacidad de comprender su significado y valor.
“Será crucial permitir que los jóvenes aprendan a usar estas herramientas con inteligencia propia, abiertos a la búsqueda de la verdad y al crecimiento humano y espiritual”, sostuvo, tras insistir en que deben ser apoyados, y no obstaculizados, en su camino hacia la madurez y la responsabilidad.
El papa León XIV concluyó que fortalecer la confianza en la capacidad humana para orientar el desarrollo tecnológico es indispensable para construir un futuro en el que la inteligencia artificial contribuya de manera efectiva al bien común.