Quito.- El papa Francisco lanzó hoy un llamamiento a Ecuador y a “muchos pueblos latinoamericanos” para que en sus normas y leyes “dejen en el doloroso recuerdo cualquier tipo de represión, el control desmedido y la merma de libertades».
Así se expresó Jorge Bergoglio durante su encuentro con la sociedad civil en la iglesia de San Francisco de Quito, en uno de los actos del viaje que está realizando por Latinoamérica y que le llevará también a Bolivia y Quito.
Francisco destacó cómo el país que visita y otros muchos en Latinoamérica están afrontando nuevos retos “que requieren la participación de todos los actores sociales».
Y citó- “la migración, la concentración urbana, el consumismo, la crisis de la familia, la falta de trabajo, las bolsas de pobreza producen incertidumbre”, así como “tensiones que constituyen una amenaza a la convivencia social».
Entonces advirtió que “las normas y las leyes, así como los proyectos de la comunidad civil, han de procurar la inclusión, abrir espacios de diálogo, de encuentro y así dejar en el doloroso recuerdo cualquier tipo de represión, el control desmedido y la merma de libertades».
Para Francisco, la esperanza de un futuro mejor para estos países comienza por la creación de empleo y un crecimiento económico que llegue a todos, “pero no se quede en las estadísticas macroeconómicas y con un desarrollo sostenible que genere un tejido social firme y bien cohesionado».
A los asistentes, Jorge Bergoglio puso el ejemplo de algunos países europeos donde el desempleo juvenil se encuentra entre el 40 y el 50 por ciento.
Y citó cómo el fenómeno de los “ni-ni”, estos chicos que ni estudian ni trabajan y ante la falta de trabajo caen en la adicción (de estupefacientes), en la tristeza, en la depresión, en el suicidio o se enrolan en proyectos de locura social.
En su discurso en la Iglesia de San Francisco, el templo católico más antiguo de Latinoamérica, también instó a Ecuador y Latinoamérica a defender la Amazonía, así como a entablar un diálogo con “cada una de las fuerzas sociales, los grupos indígenas, los afroecuatorianos, las mujeres, las agrupaciones ciudadanas y cuantos trabajan por la comunidad en los servicios públicos».
De nuevo el papa, como en su discurso de llegada a Ecuador, ofreció la colaboración de la Iglesia “en la búsqueda del bien común, desde sus actividades sociales, educativas, promoviendo los valores éticos y espirituales».
Francisco también habló del concepto de “la gratuidad”, del que dijo “no es complemento sino requisito necesario de la justicia».
“Los bienes están destinados a todos, y aunque uno ostente su propiedad, pesa sobre ellos una hipoteca social. Se supera así el concepto económico de justicia, basado en el principio de compraventa, con el concepto de justicia social, que defiende el derecho fundamental de la persona a una vida digna”, explicó.
También a Ecuador le recordó que “la explotación de los recursos naturales no debe buscar el beneficio inmediato».
Y agregó que no se puede administrar esta riqueza “sin un adecuado cuidado del medioambiente, sin una conciencia de gratuidad que brota de la contemplación del mundo creado».