Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco nombró a Gianluca Gauzzi Brocoletti, de 45 años, nuevo director de los Servicios de Seguridad del Vaticano, tras la dimisión anunciada este lunes del histórico jefe de la Gendarmería, Domenico Giani, tras la fuga de información confidencial sobre una investigación por presuntas irregularidades financieras en la Secretaria de Estado vaticana.
Gauzzi Brocoletti era desde 2018 subcomandante de la Gendarmería vaticana, el principal cuerpo que se ocupa de la seguridad del papa y del Vaticano.
Con un título en Ingeniería de Seguridad y Protección en la Universidad “La Sapienza” de Roma, entró en el cuerpo de la Gendarmería en 1995 y desde 1999 fue responsable de la planificación y el desarrollo de la infraestructura de redes y tecnología de seguridad del Estado de la Ciudad del Vaticano y Ciberseguridad y después tuvo otros cargos.
Ha acompañado al papa en numerosos viajes apostólicos y en visitas pastorales, añade la documentación proporcionada por el Vaticano. Sustituye a Giani que trabajó como comandante de la Gendarmería dos décadas y al servicio de tres pontífices.
La Santa Sede informó hoy de la salida del comandante de la Gendarmería vaticana “para asegurar la debida serenidad a la investigación en curso” y “por amor a la Iglesia y fidelidad al Sucesor de Pedro”, se lee en un comunicado oficial.
El 2 de octubre, algunos medios difundieron una orden confidencial de medidas cautelares contra cinco trabajadores vaticanos en una investigación por supuestas irregularidades financieras y Giani ha dimitido como responsable de la seguridad, pues el autor de esta filtración “sigue siendo desconocido”, aclara la nota.
El Vaticano explicó que Francisco consideró que la publicación de la orden confidencial “perjudicaba gravemente tanto la dignidad de las personas implicadas como la imagen de la Gendarmería».
El papa aceptó la dimisión de Giani y conversó “largamente” con él para expresar “su aprecio por su gesto, expresión de libertad y sensibilidad institucional” y por el trabajo que “ha realizado con humildad y discreción al servicio” de la Santa Sede.
En una entrevista difundida por el Vaticano, el ya excomandante explica que vive este momento “difícil” con “serenidad interior”, aunque no tenga ninguna responsabilidad directa en la filtración, y reconoce que estos hechos han causado “un grave dolor” al papa.
Por eso, como jefe de seguridad del Estado pontificio, asumió la responsabilidad y presentó su dimisión- “Como comandante he sentido vergüenza por lo ocurrido y el daño a esas personas».