ROMA.- El papa Francisco decidió extender por un año una larga consulta global de católicos ordinarios sobre el futuro de la Iglesia católica, en medio de una participación limitada de los laicos y la aparente resistencia de la jerarquía.
Francisco anunció ayer que la reunión de obispos planeada para 2023 ahora se llevaría a cabo en dos etapas, una sesión en octubre de 2023 y una segunda en octubre de 2024, para dar más tiempo para encontrar un camino a seguir.
El proceso es parte del objetivo a largo plazo del papa para hacer que la Iglesia sea más inclusiva, participativa y receptiva a los problemas del mundo real.
El Vaticano pidió a los católicos comunes que hablen, a través de las diócesis, sobre sus necesidades y esperanzas para la iglesia.