Hechos recientes han puesto enel candelero el alcance del estado de excepción que vive la República Dominicana. Específicamente, en lo relativo a la libertad de reunión.
Lo ocurrido en Puerto Plata ha llevado a algunos a afirmar que, por tratarse de una manifestación religiosa, no podía ser prohibida por las autoridades.
Entienden que, de hacerlo, hubieran vulnerado la libertad de culto, que no es objeto de suspensión durante los estados de excepción, sobre todo si los fieles cumplen con las medidas de distanciamiento.
Disiento de esa argumentación. Sostengo que las autoridades tenían la facultad y el deber de impedir esa manifestación multitudinaria.
Esto así porque la razón efectiva del actual estado de emergencia es la necesidad de medidas extraordinarias para salvaguardar la salud de la ciudadanía, lo cual implica la suspensión de la libertad de reunión en cualquier contexto, incluyendo eventos de índole religiosa.Con ello no se vul
nera la libertad de cultos, toda vez que esta puede ejercerse plenamente en el estado de emergencia, sólo que no por medio de una marcha con miles de participantes. Esto no afecta el núcleo esencial de la libertad de culto.
Cada uno puede practicar sus creencias, pero evitando el riesgo del contagio propio y ajeno.
No es casualidad, por ejemplo, que se suspendieran las procesiones de Semana Santa, tan importantes para la fe católica.
En este caso, la declaratoria de estado de emergencia limita el ejercicio de algunos derechos que pueden ser ejercidos en otros momentos con la intención de preservar otros que se ven gravemente amenazados. Decisión que se justifica perfectamente en un estado social y democrático de derecho como el dominicano.
La pasada semana aludí a la sentencia TC/0563/15 mediante la cual el Tribunal Constitucional declaró que el derecho individual del trabajador a no realizarse exámenes médicos cede ante el derecho a la salud del resto de los trabajadores de la empresa.
El mismo principio opera en esta ocasión por el hecho evidente de que una manifestación como la ocurrida en Puerto Plata aumenta el riesgo de contagio de los presentes, y de todo aquel que entre en contacto con ellos aun sin haber acudido a la marcha.Visto lo anterior, es perentorio tener en cuenta que mientras dure el estado de emergencia debemos evitar participar de eventos multitudinarios. La salud de todos está en riesgo.