Con la aparición de la pandemia del Covid-19 surgieron distintos planteamientos, en el sentido de que la misma iba a dar lugar a la consolidación de valores que propenden al desarrollo humano, en tanto que otros negaban esa consolidación, aludiendo a que dicha pandemia no cambiaría la naturaleza humana del dominicano.
Para una mayor claridad deseo presentar como valor la propiedad o calidad atribuida a una conducta o cosa. Desde el punto de vista sociológico no atribuyo a los valores solamente los atributos de carácter positivo, esto es, los que propenden al desarrollo humano, sino también son valores aquellos atributos que no se inclinan al desarrollo humano, como por ejemplo la agresividad, la codicia, el individualismo, el machismo, etc.
Desde el anterior punto de vista, se puede decir, que bajo la pandemia hemos tenido consolidación de valores de carácter negativo y valores de tipo positivo. Así, podemos decir, que en el mundo encontramos valores nuevos y viejos, conservadores y progresistas y valores occidentales y orientales.
Cada uno de ellos ocupará un determinado nivel o rango jerárquico, según su contenido, según la conducta a que induce y según la vigencia que tenga en la sociedad en cuestión.
Bajo la pandemia hemos visto la ocurrencia de multitud de actos de violencia, de agresividad. Por ejemplo, al terminar el año 2021 e iniciarse el 2022, en el país se produjeron 18 muertes violentas y actos de violencia de género, sonado como el sufrido por Santa Arias, y llevado a cabo por el ahora conocido como el “abusador de Baní”.
Dentro de los actos de violencia también cabe destacar el motín de la cárcel de “La Victoria” donde perdieron la vida tres presidiarios. Este motín tuvo la injustificable condición de que hubo fallecidos por armas de fuego, circunstancia sólo explicable por el pago de dinero a autoridades de ese recinto carcelario.
Pero durante la pandemia también hemos asistido a actos que son una señal de esperanza, como lo constituye la entrega de médicos, enfermeras y otros del área de la salud, al cuidado de personas afectadas por el virus.
Constituyen otros actos de esperanza, por su contenido de elevada solidaridad, algunos programas sociales; el incremento de las remesas al país por parte de los dominicanos en el exterior (la diáspora dominicana ocupa el tercer lugar dentro de los países latinoamericanos en lo que se refiere a transferencias unilaterales privadas (o remesas,). Estas remesas son una ganancia neta para nuestra economía.
Así pues, que si bien es verdad que durante la pandemia se han dado hechos que criticar seriamente, hay otros que son objeto de saludos.