Daris Javier
A escala global el primer semestre ha sido de la crisis sanitaria mas grave que conoce la humanidad en la historia contemporánea, que a su vez se ha traducido en una gran crisis económica que conduce de manera inevitable hacia una recesión global. Se trata de que las cifras proyectadas sobre el crecimiento del PIB han cambiado de manera desastrosas y que en términos global se expresará en números negativos, fruto de que el entorno internacional es totalmente desfavorable en lo que respeta a la actividad económica.
Para que se tenga una idea del daño causado a escala global por el Covid-19, solo hay que considerar las cifras confirmadas por la OMS la cual señala que al primer semestre del 2020 se superaron los seis millones, con un récord de nuevos contagios diarios, superior a 119,000. En adicion, el número de muertes a escala planetaria alcanzaron la triste cifras de 371,166, de los cuales alrededor de 160,000 corresponden a la región de América latina, convirtiéndose esta en una de las más afectada por la pandemia, que sumado a los 180,000 en Europa, son las únicas zona junto a Asia Oriental-Pacífico donde la enfermedad ha tenido la mayor repercusión devastadora.
Si se considera el impacto de la pandemia por países se observa que EE. UU, Brasil y Rusia evidencian ser las naciones del mundo con mayores números de contagios, a lo que se ha agregado el Perú luego que la OMS ha colocado a ese pais entre los 10 países más afectados del mundo, ya que ha superado las 155,000 infecciones. Es así como la rápida expansión en contagios y muertos es fruto de la denominada «transmisión comunitaria», algo que se ha convertido una realidad inocultable en casi todos los países de América Latina, lo que se pone de manifiesto en el hecho de que cada día que pasa la región presenta porcentajes superior a los casos globales, tal como es el que se registra actualmente, una frecuencia que oscila entre 5,6% y 6,8% de casos confirmados.
A escala global se asiste a una situación mundial sin precedentes ya que el Covid-19 ha estremecido los diferentes sistemas de salud, las economías, así como las relaciones humanas, de tal magnitud que se está ante la presencia de una situación de riesgos globales, pues la pandemia que afecta a la humanidad nunca fue prevista por el liderazgo global. Lo que está ocurriendo en el mundo obliga a repensar la derivación de estos riesgos silentes, pues se trata de una pandemia que ha impactado primero el sector salud, pero luego con repercusiones en los demas sectores, en particular, el sector laboral.
Tal apreciación se entiende mejor si se considera un marco optimista, en el cual se parte del supuesto de que la pandemia podría tener un final al termino del presente 2020, pero el crecimiento económico de la región será en números negativos. Este planteamiento se sostiene por el hecho de que el FMI y el Banco Mundial coinciden en pronosticar que todos los países latinoamericanos mostrarían un crecimiento negativo derivado del Covid-19.
La situación del empleo en la región de America Latina es de mayor preocupación que en otras regiones del mundo ya que el impacto en el mercado laboral se torna brutal y extremadamente fuerte. Por un lado, se trata de que muchas personas desconocían la modalidad del teletrabajo, que se ha impuesto por la modalidad del aislamiento social, provocando que la transición y la curva de aprendizaje se le hace difícil, mientras que por otro lado, el alto nivel de informalidad prevaleciente en la región implica mayores riesgos para la sostenibilidad del empleo y un shock en el mercado laboral de dimensiones economicas y sociales desgarradoras y que pone en evidencia la fragilidad predominante en la region.
