Esta carta recibida ayer habla por sí sola: “Distiguido Dr. Molina: Me gustó mucho su columna titulada La Zona Colonial, en la que Ud. hace acuciosas observaciones acerca del desarrollo de la hermana República de Panamá.
“He visitado a ese hermoso país desde la época de Noriega hasta recientemente y he podido constatar su dinamismo y la educación de sus habitantes.
Ciertamente el tránsito está muy bien organizado y los semáforos tienen cámaras que registran las placas de quienes osan robarse la luz roja.
Para sacar las placas o renovar la licencia hay que pagar las multas.
“Otro ejemplo del orden imperante es que hay que llevar los vehículos a talleres autorizados para inspeccionarlos antes de sacar las placas. ¿Se imagina Ud. lo que pasaría aquí con semejante sistema ?
“La ciudad está muy limpia y los árboles se respetan y por eso los panameños tienen muchas áreas verdes bien vigiladas donde ejercitarse.
Panamá tiene ahora un Museo de la Diversidad, donde se aprecia como surgió el itsmo en un proceso de millones de años.
“He visitado varias reservas para disfrutar de la flora y la fauna que se conserva con mucho amor por todos. Podría escribir mucho más sobre tan rica experiencia.
“Afortunadamente existe un dinámico intercambio comercial y turístico entre la República Dominicana y Panamá, tal como lo evidencian los veinte vuelos diarios de Copa que salen y regresan completamente llenos.
“La prensa ejerce un valiente papel denunciando la corrupción y el gobierno actual está persiguiendo judicialmente a los funcionarios que se lucraron con los fondos del erario público.
“Gracias por ofrecernos cada día Mis Buenos Días. Y como cantaba el inquieto Anacobero: Panamà Me Tombè.
“Muy atentamente Héctor Rafael Herrera”.