“Palos porque bogas y porque no bogas palos”. A Luis Almagro, secretario general de la OEA, no le dan tregua.
Ahora la ha emprendido contra él la oposición de Bolivia.
Y lo acusa de haberse vendido. ¿A Evo Morales?
La razón: la firma de un acuerdo para desplegar una misión de observadores de la OEA en los comicios en Bolivia del 20 de octubre, en los cuales Evo Morales será candidato por cuarta vez, cuando la Constitución establece que solo se puede ser reelecto por una vez y a lo que se suma que en 2016 los bolivianos, en referendo, rechazaron que el hoy presidente pudiera ser candidato.
Todo muy claro, más que claro, pero la Corte Suprema de Bolivia autorizó que Evo fuera candidato, de acuerdo con lo que establece el artículo 23 de la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos (un peligroso articulito que de hecho autorizaría la reelección indefinida, digan lo que digan las constituciones nacionales) y con varias decisiones anteriores de la Corte Interamericana respecto a Costa Rica, Honduras y Nicaragua.
Pero lo que más avivó la bronca fue que Almagro, quien en su momento dijo que Evo debía respetar el referendo que rechazó su nueva reelección, ahora, en La Paz , dijo que sería “discriminatorio” excluirlo.
Evo agradeció ese reconocimiento de la “legalidad y legitimidad” de su candidatura, con un “Bienvenido, hermano”
La oposición, seguramente, esperaba que Almagro, por varias razones obvias, estaría de su parte, lo que alimenta aun más el enojo. No obstante ello, se les fue la mano: acusarlo de apoyar el narcotráfico, de vendido o de traidor, los desacredita. Los pone a la altura de Nicolás Maduro.
Decir que lo hace con vista a su reelección no tiene ningún asidero y cuestiona la propia inteligencia de quien lo dice: ¿lo hace para conseguir los votos de Bolivia, Nicaragua y Venezuela? ¿Son esos los votos que necesita Almagro para ser reelecto?
Horas después en Buenos Aires el secretario general de la OEA explicó su actuación, tras una conferencia ante el Consejo Interamericano de Comercio y Producción.
Dijo que primero que nada hay un tema institucional, que se trata de un fallo de la Corte Suprema de Bolivia y de un Poder Judicial reconocido por todo el Sistema Interamericano, que está a la par de cualesquiera de los otros que componen ese sistema, salvo el de Venezuela, que ha sido declarado ilegítimo por la OEA.
No deja de ser importante, empero, saber que Evo no va a contar los votos a su gusto y gana.