Palabra y acción unidas

Palabra y acción unidas

Palabra y acción unidas

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

“Nosotros mismos debemos ser el cambio que deseamos ver en el mundo” es una de las grandes frases que identifican la filosofía de Mahatma Gandhi, compartida de manera indiscriminada por las personas.

Lamentablemente, predicamos con la palabra no así con el ejemplo.

Somos rápidos para levantar la voz para criticar cual o determinada acción cuando la vemos en otro, y nos hacemos los “chivos locos” cuando somos nosotros los que actuamos ajenos a las buenas prácticas.

Exigimos respeto, pero somos incapaces de darlo; y somos los primeros en censurar a los hijos ajenos y no vemos los errores que cometen los propios… en fin, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

Como el individuo es un conducto de ejemplo para otros, los valores positivos que queremos en los demás deben guardar correspondencia con los que muestra nuestro comportamiento, como bien lo dijo Confucio: “El tipo más elevado de ser humano es el que obra antes de hablar y profesa lo que practica”.

En verdad que no somos perfectos. Sin embargo, podemos ser conscientes de nuestras imperfecciones y trabajar para mejorarlas. De la misma manera, podemos ser conscientes de las imperfecciones de los demás y practicar la aceptación, pues los caminos son de doble vía.

Muchos pueden pensar que “se puede hacer con su propia vida lo que se quiera”, sin embargo, que su vida sea suya no quiere decir que “se deba hacer lo que se quiera”. Debemos recordar que el ejemplo influye en todos los estamentos humanos, ya sea en las costumbres y modales, en las decisiones particulares, en la convivencia de pareja y familiar, en la interacción con los amigos, compañeros de trabajo, estudios y diversión.

Lo que hacemos incide en los demás y lo de los demás incide en nosotros. Por eso es importante que nuestras palabras y acciones vayan unidas. Así construimos una mejor sociedad.



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