Santo Domingo.-Por sus creencias religiosas, una pareja de testigos de Jehová se negaba a realizarle transfusiones sanguíneas a su hija recién nacida, que llegó a este mundo cuando su madre solo tenía siete meses de embarazo.
La recién nacida, de unos 15 días, presentó serias complicaciones que llevaron a los médicos a determinar que necesitaba sangre para sobrevivir, pero sus progenitores estaban opuestos.
La información fue divulgada ayer por la Procuraduría General de la República, entidad que se vio en la obligación de someter un recurso de amparo ante un tribunal para que se pudiera realizar el procedimiento médico a la menor.
La juez María Martínez Malagón acogió la solicitud de las autoridades y ordenó que de forma inmediata se le hicieran todas las transfusiones de sangre que necesitara la recién nacida.
A los padres no les quedó de otra que aceptar el fallo de la Sala Civil del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes, que instó a la clínica de Santiago donde está interna la niña a que preserve su vida.
Las autoridades sometieron el recurso de amparo tomando como base el derecho a la vida establecido en la Constitución, el Código para la Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes, entre otras normativas. La niña fue diagnosticada con anemia macrocítica y un proceso bacteriano agudo.
El alegato de los testigos
Como cada religión que tiene sus creencias particulares los Testigos de Jehová no aceptan las transfusiones de sangre porque la consideran que van en contra de lo que dice la Bíblia.
Aunque en los textos bíblicos no aparece referencia directa a transfusiones sanguíneas, los que profesan esta religión sostienen que un procedimiento de este tipo es igual a comer sangre, lo que sí es mencionado directamente.
Se basan en pasajes como Levítico 17:14, que afirma: “No deben comer la sangre de ninguna clase de carne, porque el alma de toda clase de carne es su sangre”.