Santo Domingo.-Como si se tratara de un segmento poblacional olvidado, el padre Juan Linares, quien es una de las voces más calificadas para abordar el tema, consideró que son “tímidas” las políticas desarrolladas por el Estado para la juventud dominicana.
Linares manifestó que se necesita desarrollar verdaderos programas que vayan dirigidos a asistir a aquellos que están empezando a vivir la vida.
“Tenemos que tener políticas de Estado integrales, en todo lo deportivo, cultural y en valores”, argumentó el religioso.
Explicó que muchas acciones que se realizan desde los estamentos públicos se quedan en la prensa, ya que solo se hace un “escaparate” mediático.
“En todo eso debemos crecer muchísimo más y utilizar, incluso, las instituciones que estamos en eso, para sumarlas”, consideró.
Linares, sacerdote salesiano, habla con propiedad sobre el asunto pues desde muy joven trabaja por la promoción del joven.
En República Dominicana fue el artífice, junto con jóvenes y personas socialmente comprometidas, del proyecto que primero inició como “Canillistas con Don Bosco” y que ha sido inspiración para otras obras similares, también de los salesianos.
El sacerdote entiende que la sociedad de hoy le ofrece pocas oportunidades a los jóvenes pobres, por lo que se “hace muy difícil” que ese individuo salga del circulo en que vive.
En ese orden, indicó que no se puede ayudar a gente pobre con sistemas pobres, “ya que hay mucha segregación”.
Menores y delitos
El director de Muchachos y Muchachas con Don Bosco sostuvo que para disminuir la incidencia de menores de edad en delitos se requiere más educación y no aumentar las medidas privativas de libertad.
El padre Juan Linares expresó que “las cárceles no educan” y por lo tanto no es esa la solución.
“No es aumentando las penas, no es castigando que se va a resolver el problema, es educando… porque cuando estamos hablando de menores ellos son víctimas”, puntualizó.
Consideró que lo que se debería hacer en las cárceles es invertir recursos en formación, adecuación de espacios para los menores internos, así como otras mejoras en sus condiciones de vida.
“¿Que hacen ahí (en las cárceles) esos muchachos todo el día?”, cuestionó el padre Linares.
“Ahí que hay que tener unos espacios de deportes, de talleres, en fin, cosas que los regeneren, porque esos muchachos no son culpables o su culpabilidad es mucho menor a la de la sociedad que los ha inducido a eso”, indicó.
Desigualdad en RD
Por otro lado, señaló que la prosperidad y la miseria que hay es una situación de desigualdad social y económica “inexplicable” que se vive en el país.
Nacido y criado en España, donde descubrió su vocación sacerdotal, vino a trabajar a República Dominicana como una especie de misionero salesiano y se quedó de manera permanente trabajando en lo que ellos llaman “Inspectoría de las Antillas”.
En todos esos años viviendo aquí ha descubierto que República Dominicana no se ha desarrollado todo lo que ha debido hacerlo.
El Banco Central anunció que en 2014 la economía dominicana creció un 7,3%, cifra que la sitúa como la de mayor crecimiento de América Latina y el Caribe.
“Un país con este potencial debería de progresar mucho más. Yo no entiendo cómo en determinados barrios marginales viven en esas condiciones con el poder económico que hay aquí”, se lamentó Linares.
En ese orden, dijo que aunque en todos los países hay desigualdad, en esta nación el problema está más acentuado.
“República Dominicana por su condición, número de habitantes y extensión geográfica debiera ser una nación envidiable para todo el mundo”, estimó.
Linares considera que dentro de las razones que explican el problema de desigualdad está el mal manejo de la administración estatal, así como la corrupción que impera en las instituciones públicas.
Contagiar el deseo de ayudar a los niños
El padre Juan Linares, un hombre conversador que refleja humildad y bondad en su rostro, es un hombre de acción. Cuando de trabajar a favor de los niños, adolescentes y jóvenes, contagia a todo el que le rodea. Fue así como nació “Canillistas con Don Bosco”.
Un grupo de exalumnos salesianos habían concluido un apostolado con niños, pero querían seguir haciendo más cosas.
Fue así como fijaron su mirada en esos niños que trabajaban en las calles, expuestos a los peligros de una sociedad que luego los condena.
El rostro se le ilumina al padre Linares al hablar de ese, que fue el inicio de una obra que se extiende.