SANTO DOMINGO.-“Vine en febrero a entregar mi hija que se casó, y hoy vine a enterrarla” .Son las desgarradoras palabras de Marino Muñoz, padre de Elisa Muñoz, la joven asesinada junto a su pareja Joel Díaz por agentes de la Policía en Villa Altagracia.
“Hace unos cuatro días que ella y yo hablamos, quedo de devolverme la llamada y aún la estoy esperando. Yo sé que ella no va a venir y nadie me la va a devolver”, expresó el padre, quien expresa que tenía una relación muy cercana con su hija.
Elisa, de 36 años, era la mayor de siete hermanos (seis hembras y un varón) y la única que vivía en el país, luego de que viniera de Italia para dedicarse a realizar obras sociales en comunidades necesitadas, en su sector y en las cárceles del país.
Y así es como la describen los vecinos y familiares del sector Cuesta Linda de Sabana Perdida, como una personas de bien que le gustaba ayudar a los demás, y a eso se dedicó hasta el día de su trágica muerte, cuando precisamente regresaba de un retiro en una comunidad de Villa Altagracia junto a su esposo Joel Díaz la noche del martes en un confuso incidente.
“Mi hija era una mujer cristiana que andaba haciendo la obra con su esposo y otras personas más, y una situación bien complicada, pero espero en Dios que las autoridades competentes hagan justicia de esto, y que nuestra Policía se discipline y se eduque como debe de ser”, narró el padre de Elisa con la voz entrecortada por la situación que está pasando, la cual describe como algo que nunca había vivido.
Toda una comunidad se siente consternada por el suceso que aún no ha sido esclarecido, y por lo que el presidente Luis Abinader reaccionó molesto asegurando que ese tipo de acciones no serán toleradas ni quedará impune.
La versión que maneja la familia de los hechos es que había seis policías en la excenas más en el corononel que dio la orden de actual, para los que piden se aplique todo el peso de la ley por el hecho que cometieron.
Emérita Martes Espianl, madre de la joven, pide a las autoridades que los asesinos de su hija y su esposo sean juzgados como cualquier criminal que cometió un asesinato “porque ellos son tan delincuentes como los que andan en la calle”.
Será hoy cuando los cuerpos de los jóvenes predicadores serán entregados a sus familiares, y los parientes de la joven tienen previsto exponerla en el barrio Cuesta Linda, Sabana Perdida, y luego serán velados en la funeraria Blandino de la Charles de Gaulle.
Los cuerpos fueron trasladados desde el lugar de los hachos hasta el centro del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, que funciona en el cementerio Cristo Redentor.