Pacto por el desarrollo nacional

Pacto por el desarrollo nacional

Pacto por el desarrollo nacional

Glenis E. Féliz

Recién pasado el proceso electoral del 15 de mayo del año 2016, y entregada la certificación a los ganadores, los principales actores del gobierno central, junto a los que manejan los otros poderes del Estado en los que está incluida la oposición, se debe hacer un alto para reflexionar y repensar las enseñanzas que dejo este torneo electoral que ahora concluye. La falta de ética y la ausencia de compromiso de los actores, ante una sociedad que demanda mejores líderes, mejores gobernantes y mejores expectativas de futuro.

Sin compromiso, no basta que se aprueben leyes, pues se corre el riesgo de que se conviertan en letra muerta. De que vale una ley de Ordenamiento Territorial, alcantarillado sanitario, desarrollo sostenible de las minas, ley de municipio, de Medio Ambiente, Salud, si quienes dirigen la administración pública no la aplican y dicen que si se llevan de las leyes especiales ellos no controlarían nada, o sea, se acabaría la mafia de la discrecionalidad en el gasto.  Talvez sería mejor cerrar el congreso.

Tanta preocupación de muchos, por ganar una posición y tomar un pedazo del pastel me aterra. No porque eso sea del todo mal, sino por la forma. Pues al parecer lo que menos importa es la problemática social que se está viviendo en la República Dominicana.

Nuestro país tiene una de las minas de oro más grande del mundo, sus playas y balnearios, así como complejos turísticos compiten con muchos otros países y además cuanta con gente buena y trabajadora que apuestan al porvenir y a una vida mejor, la cual no es posible si todos y todas no logramos el consenso para contrarrestar los grandes males que nos afectan y que ponen en riesgo el turismo, las inversiones y la vida misma de la gente que trabaja y se esfuerza por avanzar.

Hace unos días pasaron las elecciones en España, el partido Podemos perdió más de un millón de votos, que no se reflejó en las encuestas, al momento de la votación la gente tomó otra decisión y no le favoreció, sus dirigentes, aunque con caras tristes mostraron respeto por el electorado y respeto por los triunfadores, además indicaron que iban evaluar lo sucedido.

La decisión soberana del pueblo nunca estuvo en dudas y la democracia del país tampoco se dio golpes en el pecho, sino que pudimos ver un grupo planteando reflexión, para conocer donde fallaron ellos. Nadie se justificó con la denuncia de un fraude, aunque no podemos comparar el nivel de educación ni de ambición.

Deberíamos repensar la política y analizar a través de investigaciones científicasque tan graves son los problemas que afectan y afectaran a las presentes y a las futuras generaciones, problemas como la contaminación ambiental que por la falta de alcantarillados sanitarios está llevando al Gran Santo Domingo a convertirse en una “bomba bacteriológica” como especialistas han afirmado, es un asunto de todos políticos, los empresarios y la sociedad civil como demandante de la política pública y pactar por el beneficio de la salud todos.

Y qué decir de la deforestación desmedida por los aserraderos en el Cibao, la delincuencia que cobra cada día la vida de personas buenas. Son tantos los problemas que nos limitan que nos posicionamos lejos de lograr el Desarrollo Sostenible, del cual se habla en los países donde los ciudadanos obtienen mejores beneficios de quienes administran los recursos del Estado.

Hay que sentase, las fuerzas vivas y las autoridades a negociar y pactar unidos por el desarrollo y renacerá la confianza en la clase dirigente del país, porque nunca fue tan necesario como hoy un buen gobierno y un mejor co-gobierno llamado oposición y grupo vigilante como debe ser serlo la sociedad civil y los medios de comunicación.