Pacto fiscal en 2016

Está bien claro en el informe de conclusión del Fondo Monetario Internacional (FMI), que estuvo en el país durante los días 10 al 20 de noviembre de 2015 cuando dice: ”Las discusiones previstas sobre el pacto fiscal entre los diferentes entes de la sociedad brindarían la oportunidad de institucionalizar el compromiso a la consolidación y establecer un ancla para políticas fiscales”.

El tema fiscal ha sido bien cantaleteado cuando se repite a cada rato que la actual presión tributaria ronda cerca del 14% del Producto Interno Bruto (PIB) mientras que la media en América Latina excede el 21 por ciento debiendo nosotros alcanzar al menos un mínimo del 18 por ciento.

El bajo índice de nuestra presión es compensada con endeudamiento público, tema este que también se ha vuelto preocupante.

La primera mirada en el tema fiscal se dirige hacia el gasto público, su composición, eficiencia, efectividad y tendencias.

El país habrá de determinar si las actuales políticas de gasto, niveles de empleomanía, duplicidad de funciones, e instituciones, y su manejo, son las más adecuadas, justificadas y si hay espacio o no para su mejora, y bajo que reglas.

A seguidas habrá que discutir los ingresos que percibe el estado vía impuestos, y hasta donde y como se puede estirar esa carga.

A la fecha, el país ha preferido el injusto método de recargar el consumo mediante impuestos indirectos, que a su vez son los de mayor facilidad de recaudación. Gravar el consumo, o los ingresos, es parte del dilema.

Pero además, las discusiones también habrán de incluir el tema de las exenciones, que resultan ser casi iguales al recaudo.

Como se ve, las negociaciones para arribar a un Pacto Fiscal serán tema inevitable que de seguro producirán ricas discusiones y confrontaciones de intereses que necesariamente habrán de conciliarse para llegar al acuerdo requerido.