Girona (España).- ‘Paco Ibáñez 90. Les copains d’abord’ era el adhesivo que llevaban en la solapa muchos de los invitados y un pañuelo palestino lo que lucía al cuello el homenajeado, el cantautor español Paco Ibáñez, en su reciente fiesta de 90 cumpleaños, que fue una celebración de la amistad y del compromiso político y social.
La música y la poesía protagonizaron el aniversario, que él pretendía íntimo pero que acabó siendo más numeroso de lo esperado porque, después de toda una vida de arte y honestidad, la barca de Paco Ibáñez está repleta de amigos que le quieren «a toda vela», como dijo su admirado Georges Brassens.
Amigos venidos de los cuatro puntos cardinales, porque Ibáñez, uno de los nombres esenciales de la canción protesta española durante el franquismo, ha vivido en medio mundo y ha recorrido el otro medio, siempre ajeno a las fronteras y sensible a las personas y los pueblos.
El pueblo palestino está en el corazón de este humanista y cada muerto le duele como una puñalada, por eso en su cumpleaños se puso el pañuelo palestino al cuello mientras el escritor Salah Jamal recitaba en árabe.
Paco Ibáñez sabe hebreo y ha cantado en más de una ocasión en esa lengua, pero considera que la actual guerra en Oriente Medio pide poemas en árabe.
Junto a los versos de Jamal, la voz de Soleà Morente, la hija de otro maestro (Enrique Morente), cantó ‘Palabras para Julia’, el poema de José Agustín Goytisolo, que tras los recitales que hicieron juntos en los años noventa, es indisociable de la música que compuso Paco para él.
Cuando llegó la hora de soplar las velas, Cristóbal Soto sacó su cuatro y cantó junto a Hayley Soto un tema venezolano de cumpleaños que emocionó a Paco, porque esa música forma parte de su biografía.
Soto es hijo de Jesús Rafael Soto, el artista venezolano con quien Paco Ibáñez se inició en la música, tocando en los bares de París, donde se exilió su familia huyendo de la dictadura franquista.
Muchos otros maestros estuvieron presentes en la fiesta: algunos en cuerpo y alma y otros solo en alma.
Entre los segundos, León Felipe, Gabriel Celaya, Caballero Bonald, Pablo Neruda y Celso Emilio Ferreiro estuvieron en las letras de las canciones de Paco Ibáñez interpretadas por sus amigos, o en los retratos del artista José María Gorrís que decoraban el jardín de su casa en las afueras de Girona.
No faltaron en el homenaje amigos pintores, escritores y también cantautores, como el portugués Luis Cília, que a sus 81 años sigue galopando, igual que Paco Ibañez, cuyo próximo concierto será en su ciudad natal, Valencia, que ahora, tras el paso del devastador temporal, necesita más que nunca la palabra sanadora de los grandes poetas que ha musicado Ibáñez.
Entrada la noche, los invitados, obsequiados con una chapa con el lema ‘Paco Ibáñez 90. A Galopar’, obra del artista polaco Jurek Janiszewski, fueron abandonando ‘La porte des étoiles’, la casa de Paco Ibáñez y su mujer, Julia, en el campo de Girona.
Un nombre que evoca una canción de su amigo André Peyron, porque, como dice la letra, Paco «coge de la mano a los que llegan» y consigue que salgan llenos de energía, empujados por su «gran vela».
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