Santo Domingo.- Los síntomas del cáncer de linfoma se confunden con facilidad con los de un resfriado común u otras infecciones y como consecuencia de esto, un alto porcentaje de los 441 nuevos casos detectados cada año en República Dominicana se diagnostican tarde.
Los médicod de la primera línea de atención tiene un gran reto de estar alerta, pues a juicio de Ana Álvarez, gerente Médico de Hematología de Centro América y El Caribe de Roche, empresa farmacéutica a nivel mundial, este tipo de tumor tiene formas variadas y silenciosa de atacar.
Justamente esto aconteció con Luis Matos y el hijo de joven madre soltera Nicauri Rivas, de nueve años, ambos pacientes de la enfermedad.
De acuerdo a Rivas, cuando su niño fue diagnosticado con linfoma No Hodgkin, la biopsia determinó que el cáncer hizo metástasis hacia el estómago.
Previo a ese episodio, se trasladó varias veces al Hospital Infantil Robert Reid Cabral, donde en consulta externa le informaron que la inflamación de los ganglios era producto de una tuberculosis.
Casi a punto de ser sometido a un tratamiento para esta patología, lo cual es casi mortal padeciendo de cáncer, otro médico atinó a confirmar el resultado con una radiografía del tórax, la cual descartó la tuberculosis de los pulmones.
De nuevo la joven madre fue citada para someter a su hijo a una biopsia, pues el ganglio no paró de creceré y deteriorar la salud del niño.
En este proceso de diagnóstico transcurrió alrededor de dos meses, afirma la madre, quien dijo que fue tiempo valioso perdido para tratar la enfermedad, pues según le explicaron los médicos, cada día que pasa sin tratarse el tumor de linfoma evoluciona rápido y agresivo.
La madre dice que si el cáncer no hubiese alcanzado al estómago, el tumor se hubiese tratado con quimioterapia por seis meses, pero como el diagnóstico se retrasó, cursa un tratamiento de quimo de dos años, en el cual el niño evoluciona muy bien.
Igual sucedió con Luis Matos de 45 años, que padece la misma enfermedad. Afirmó a EL DÍA que en principio sintió un dolor en la parte izquierda del abdomen que fue atribuido por los médicos a una inflamación del vaso que requería una cirugía de emergencia.
Preocupado, el paciente atinó a pedir una confirmación del resultado y otro médico le indico una biopsia del ganglio inflamado, cuyos resultados determinaron el cáncer de linfoma no Hodgkin.
Antes del diagnóstico trascurrió más de un mes, tiempo suficiente para que la enfermedad calara y se demorara unos tres año en tratarse.
La doctora Ana Álvarez, afirmó a EL DÍA que es muy frecuente que esto suceda y es debido a la baja incidencia de la enfermedad que a nivel mundial que afecta a alrededor de 580 mil casos en el mundo.
Esto impide, a juicio de la especialista, que la educación sobre la enfermedad en los pacientes y la clase médica no especializada no se tan alta como la de otras patologías.
A todo este el problema se agrava porque la enfermedad es mucho más compleja de entender porque sus síntomas no son específicos.
Esto trae como consecuencia, señala Álvarez que frecuentemente se confunda con otra infección y lo médicos de primera línea retrasen el diagnostico precoz, lo cual es determinante para el tratamiento efectivo.
Las señales de una afección de linfoma son: pérdida de peso, fatiga, fiebre, cansancio, inflamación y sudoración excesiva, que son típicas de otras enfermedades como un simple resfriado.
El diagnóstico temprano evita que el tumor aumente de tamaño y su cura sea más compleja, pues el cáncer de linfoma no Hodgkin es una enfermedad heterogénea que crece muy rápido.
La supervivencia es de 60% en un diagnóstico temprano, ya que se ha avanzado en lo tipo de tratamientos para combatirlo, en los que se añade la inmunoquimioterapia, consistente en inyección de anticuerpos monoclonales creado en un laboratorio adjunto de fármacos de quimio.
Esta alternativa farmacológica incremento loa supervivencia de los casos en más de un 60%, que en años anteriores era de 40%, según Álvarez.
La experta aclaró que el 40% restante no necesariamente muere, sino que puede volver a padecer de la enfermedad, pero de por vida.
En esta enfermedad los adultos mayores son los más vulnerables, porque su sistema presenta menor respuesta ante los fármacos, por sus enfermedades de base.
El tipo de Hodgkin es más común en adolescentes y mayores de 45 años. La diferencia de Hodgkin y no Hodgkin es el tipo de células clínicas que posee, pero este último es el más común.