Santo Domingo.-Son las 6:40 de la mañana. A esa hora ya las filas en el Instituto de Oncología Doctor Heriberto Pieter salen hasta la avenida Correa y Cidrón.
Estas se forman para tomar una cita, proceder a realizarse un papanicolau, buscar su cita o ir hacia la Administradora de Riesgos de Salud Seguro Nacional de Salud (ARS- SeNaSa) para autorizar algún procedimiento.
Esa imagen se repite día por día.
De la cantidad de mujeres que se realizan este tipo de estudio, puede ser que los médicos “pesquen” una o dos con algunos indicios de la enfermedad.
José Ramírez Féliz, director médico del Heriberto Pieter, aclara que las filas que están afuera no son exclusivamente de pacientes de cáncer.
“Aquí vienen diariamente 200 mujeres a realizarse un papanicolau, de esas detectamos una o dos con algún tipo de cáncer, pero la mayoría son pacientes que pudieran estar chequeándose en algún centro de Atención Primaria”, señala.
Atribuye esta situación a que el Estado no tiene la capacidad resolutiva y por eso “vienen personas hasta de Elías Piñas” .
En 2014 ese centro recibió 1,700 casos de personas con algún tipo de cáncer diagnosticado. Entre los más frecuentes están los de próstata, mama, cérvico uterino y colon.
Buscan cerrarlo…
El Heriberto Pieter, con 78 años de fundado, está prácticamente al lado del Instituto Nacional del Cáncer «Rosa Emilia Tavárez” (Incart), uno está abarrotado y el otro desolado.
Ramírez Féliz, pensaba que a la fecha habría entre ambas instituciones un sistema de referencia y contrarreferencia, pero hasta el momento no ha sido así.
Sin embargo, el Ministerio de Salud Pública, a través del Servicio Nacional de Salud (SNS), trata de obligar a que los pacientes vayan al Incart, porque “abrió hace varios meses y la gente sigue viniendo aquí”.
El mes pasado el SNS emitió un comunicado a todos los directores regionales de salud donde les ordena que todos los pacientes sospechosos de cáncer y diagnosticados deben ser referidos al Incart.
“La Ley 87-01 ordena que los pacientes que pertenezcan al SeNaSa, específicamente del Régimen Subsidiado, deben ser atendidos y darles seguimiento en centros de salud de la red pública, por tal motivo el único centro apto y que ofrece este tipo de servicio es el Incart”, sostiene el texto firmado por Ramón Alvarado, director del SNS.
La misiva solo hace alusión a los pacientes del renglón subsidiado, empero no habla del resto de la población que no posee ningún tipo de cobertura.
Ante esto, José Ramírez Féliz precisa que con ese intento de concentrar todos los pacientes en el Incart, “lo único que hará es trasladar el problema que tenemos aquí para allá”.
Sostiene que ambos institutos juntos no darán abasto a la demanda del país, ya que la Organización Mundial de la Salud sostiene que en los próximos 50 años la cantidad de cáncer en los países subdesarrollados se duplicará.
“Hay que estar preparados para lo que sucederá en 20 o 30 años”, dice.
El galeno pone como ejemplo que todavía el “Rosa Emilia Tavárez” no tiene en funcionamiento servicios que ellos ya tienen.
“Nosotros tenemos todos, pero nos falta la infraestructura. La tenemos en proyecto y se paralizó porque en principio se habló de que nosotros iríamos allá”, narra.
Agrega que están preocupados por el desbordamiento de personas que allí acuden desde distintos puntos del país.
Explica que tienen contemplado levantar un edificio de ocho pisos para poder seguir ampliando la cartera de servicios.
“Por eso trabajamos todos los días en pos de mejorar aún más los que tenemos”.
Dice que es partícipe de que ese hospital del Estado sea el que trace las políticas y normas para tratar todo lo que es el tema del cáncer, puesto que los organismos mundiales prevén que el número de nuevos casos aumente en aproximadamente un 70% .
Recordó al Estado que por su irresponsabilidad de n o proveer servicios de salud dejó en las manos del Heriberto Pieter y la Liga Dominicana Contra el Cáncer la solución a un problema creciente, que buscaran los recursos para ayudar a esa población desprotegida, “y no puedes venir de un momento a otro a decir tú ya no me sirves”.
Cree que el Ministerio de Salud Pública es el órgano rector que debe promover una reunión donde logre que ambas entidades trabajen por el bien de los afectados de esa enfermedad. Resalta que todos los años reciben entre un 5 y un diez por ciento más de los pacientes con cáncer, “no pacientes que vienen a chequearse, que también son un gran número”.
Testimonio
Alexandra González es una de las tantas mujeres con cáncer de mama que asiste al Heriberto Pieter para su chequeo de seguimiento.
Accede a conversar, pero sin que la fotografíen. Sentada en el área de consultas, junto a otros más que han sido diagnosticados de algún tipo de carcinoma, la dama de 38 años de edad tiene su cabeza adornada con una pañoleta que se ilumina cuando sonríe, y cuenta que en octubre de 2014 le detectaron a ese “asesino silente”.
Es madre de cuatro niños, narra que un día se sintió un quiste en uno de sus senos, por lo que acudió al centro hacerse un chequeo y allí se lo descubrieron.
González habla de esa enfermedad como si se tratará de una gripe común y corriente.
Dice poseer el seguro subsidiado SeNaSa y que con la cobertura le ha ido “superbien”, porque tiene en un cien por ciento.
“Este año fui operada y heme aquí, ya concluí mi quimioterapia. Las atenciones del hospital también han sido excelentes” dice sin dejar de irradiar luz al conversar.