Otro punto para el temario

Otro punto para el temario

Otro punto para el temario

Frederich E. Bergés

En nuestra columna anterior comentamos la posibilidad de que los candidatos a las próximas elecciones presidenciales y congresionales tuviesen una especie de temario económico con los principales temas a los cuales tendrán que ponerle atención, si es que quieren salir bien del cuatrienio que les espera.

Entre los puntos destacados están el déficit fiscal, la deuda pública, el déficit de las distribuidoras eléctricas, la informalidad laboral y los bajos salarios.

Ahora nos permitimos sugerir un nuevo punto: el actual sobre dimensionamiento del Estado dominicano. Una de las acciones constantes de cada gobierno surgido en los últimos 24 años ha sido el aumento de la nómina pública como mecanismo para compensar adeptos y ganarse simpatías con miras a la gobernanza, reelección o continuación de su partido por periodos adicionales.

En la mayoría de los casos para justificar estos aumentos de empleomanía, sueldos y compensaciones, se acude al cuento de que se habrá de brindar más y mejores servicios, e insertar al Estado en roles antes no contemplados.

Así surgen oficinas públicas en ultramar, como si las embajadas y consulados (demasiadas abundantes, por cierto) no existieran o que hay que atender sectores desmeritados del enjambre socioeconómico como es el caso del casabe.

Para tener una idea de la dimensión de este reto, un informe del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES) señala que la nómina de empleados del sector público se ha duplicado en los últimos 15 años, con un incremento de 121.4 % desde febrero de 2009 al mismo mes de este año, en que alcanza los 725,664 trabajadores cotizantes a la seguridad social.

La cantidad de colaboradores del sector público representa un 30 % del total de empleados formales, si se toma en cuenta que los del sector privado rondan los 1,693,216 trabajadores cotizantes. Algo insólito para esta pequeña nación isleña.

No es posible que estemos preocupados por déficit fiscal ni deudas públicas si no atendemos los temas subyacentes como este caso de un agigantado Estado en aras de cumplir con metas sociales de corte populistas. Veamos ahora si los que se habrán de examinar en menos de 40 días les interesa pasar de curso o no.