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Otro poder en el sistema sanitario

He insistido mucho, desde hace años, en el poder de opinión pública de las sociedades médicas en temas sanitarios. Esas organizaciones, hijas avaladas del Colegio Médico Dominicano (CMD), son líderes en temas de salud expuestos públicamente, terreno que han ganado -de a poco- al gremio médico.

Esta semana un botón más de muestra. La Sociedad Dominicana de Oncología Médica (SODOM) se robó la opinión pública con una voz más allá del proceso de supuesta corrupción en ARS Senasa, con una voz salida de la herida misma: los pacientes fallecidos o deteriorados por el retraso en los medicamentos, desvío de recetas y la corrupción acusada en la aseguradora estatal.

Esa sociedad científica colgó, de momento, los guantes científicos y se puso la bata de defensa de los pacientes. Dio un enfoque diferente al tema.

El impacto de esta denuncia ha sido inmediato. Medios nacionales han recogido la gravedad de las acusaciones, generando un debate sobre la gestión de los medicamentos de alto costo y la transparencia en el sistema de salud. La sociedad dominicana, golpeada por las precariedades sanitarias, encuentra en esa sociedad especializada un referente de credibilidad y valentía.

Su denuncia ha sido, durante toda la semana, tema de programas de opinión líderes en el país y seguimiento de los principales medios de comunicación.

Su posición no sólo visibiliza la crisis sanitaria, sino que reafirma el papel de los gremios médicos como guardianes de la ética y la justicia social. Es un liderazgo que incomoda, pero salva vidas.

En el saco del comunicado que difundió recordó algo que estaba ya en una esquina, cuasi olvidado: la crisis del Instituto Regional Oncológico del Cibao.

Este posicionamiento no es un acto aislado: es la expresión de un gremio que entiende que su responsabilidad trasciende los consultorios y hospitales. Al denunciar, SODOM se convierte en voz de quienes ya no pueden hablar: los pacientes que fallecieron esperando un tratamiento que nunca llegó.

En un contexto donde la corrupción suele percibirse como un mal endémico, la denuncia de los oncólogos rompe la indiferencia y obliga a las autoridades a responder. Este es el verdadero poder del liderazgo gremial: transformar la indignación en presión social y

Si comparamos esta denuncia con las posiciones de otras sociedades especializadas y del propio CMD, hay sus diferencias. Primero están “los cocos” para meterse en un terreno de alto riesgo, que generó debate nacional y presión institucional. Y luego, el comparativo: el CMD centra sus denuncias en demandas, pero casi nunca centrado en los pacientes, mientras las demás sociedades se concentran en reclamos técnicos sobre insumos, honorarios y protocolos.

Nada más que agregar. Escribí esta columna para resaltar lo que he ido afirmando en los últimos tiempos, que las sociedades médicas ya son dueñas de las opiniones públicas de los temas de su especialidad sanitaria.

Es cuanto.

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Periodista especialista en temas de salud.

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