Otra vez el preclearance

Otra vez el preclearance

Otra vez el preclearance

Nassef Perdomo Cordero, abogado.

En los últimos días ha vuelto a arreciar la campaña mediática que procura desacreditar el acuerdo de preclearance entre los Estados Unidos y la República Dominicana cuyo control preventivo está pendiente de fallo ante el Tribunal Constitucional desde hace casi seis años.

Como suele suceder con frecuencia en nuestro país cuando no hay argumentos válidos, se ha querido señalar al acuerdo como una amenaza a la soberanía nacional y, con ello, impedir cualquier discusión racional sobre éste. En esta ocasión diciendo que, fruto del acuerdo, el país se llenará de refugiados.

Lo cierto es que el acuerdo no crea obligaciones novedosas en ese sentido que no estén ya incluidas en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y su protocolo, instrumentos ambos que la República Dominicana aprobó y ratificó hace décadas. Es decir, no hay nada nuevo bajo el sol.

También se “argumenta” que el preclearance implicaría la entrega de nuestras fronteras a autoridades extranjeras, cuando de lo que se trata es, simplemente, de la habilitación de un espacio mínimo dentro de algunos aeropuertos que permitiría a los pasajeros hacer los trámites de migración y aduanales ante autoridades administrativas de los Estados Unidos.

Si esto fuera una amenaza a la soberanía del país, también lo son los consulados, que los hay muchos y muy variados en el país.

En realidad, el acuerdo se enmarca en la tendencia de integración dominicana a la economía mundial que ha sido el principal motor de nuestro crecimiento económico en las últimas tres décadas. Facilitar los trámites migratorios a los Estados Unidos y abrir nuestros aeropuertos a conexiones con múltiples aeropuertos regionales de la costa este estadounidense tendría un impacto positivo importante en nuestro turismo.

Lo ideal es que, una vez aprobado, el preclearance se amplíe, llegando a más aeropuertos que el originalmente acordado entre las autoridades dominicanas y estadounidenses. Para el país sería fantástico que desde cualquier región un pasajero pueda adelantar los trámites de entrada y estar así en condiciones de transitar libremente casi desde el momento en que aterriza en los Estados Unidos.

La labor debería ser lograr que todos los aeropuertos internacionales dominicanos estén en capacidad de aprovechar las facilidades que nos brinda el preclearance.

En nuestro país es tradición que los cambios traigan consigo la denuncia de amenazas apocalípticas sobre el destino que nos espera. Lo sabe bien quien recuerde la reacción de determinados sectores frente a la ola de reformas que nos integraron a la economía regional y mundial.

Los pronósticos agoreros nunca se cumplen, y así será en esta ocasión. Las oportunidades son para quienes las aprovechan, y estamos a tiempo de hacerlo con ésta.



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