El Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, con la elección de los inmortales, que es de su exclusiva misión, vive una especie de encrucijada que cada año genera mucho disgusto, pesadumbre y enfado, entre decenas de ex atletas que sienten que sus méritos acumulados no son tomados en cuenta por los encargados de evaluarlos.
Son muchos los que al acercarse la fecha de la escogencia, muestran contrariedad, rabia e impotencia, cuando son ignorados, al entender que hay privilegios, argumento a los que les doy poca veracidad, aunque sí creo, que ha habido inclinación a favor de algunos deportes, mientras otros, como el boxeo, por ejemplo, se sienten marginados, segregados, relegados, o cualquier otra terminología que usted imagine.
Y no hay duda que los boxeadores han sido víctima de sus orígenes dada la escasa formación intelectual, ya que la casi totalidad de ellos, son oriundos de sectores con una marginalidad increíble, y por eso entienden que no tienen quien los defienda y proteja.
El Pabellón de la Fama ya inició la selección de los inmortales Clase 2021, recayendo la primera elección en el doctor Carlos Lamarche Rey, un luchador mil por mil durante décadas por la mejoría del deporte nacional.
Ahora, uno de los probables inconvenientes que haría posible discriminación a atletas de esos deportes individuales, es que el Pabellón selecciona todas las disciplinas, lo que produce un verdadero “embotellamiento”, bastante difícil de corregir.
En la mayoría de los países para evitar lo que sucede aquí, existen Pabellones de la Fama para cada disciplina, lo que facilita selecciones con mayor transparencia, por lo que aquí deben ir dando pasos en ese sentido.
Y la realidad hay que admitirla, ya que esos atletas que tuvieron actuaciones sobresalientes en eventos internacionales, como Juegos Panamericanos, Centroamericanos y del Caribe y otros, están fuera del Pabellón, no han logrado la inmortalidad. Entonces, así las cosas, habría por necesidad que admitir que el sistema es muy espinoso y complejo.