Osvaldo Santana: “El poder estuvo de por medio, siempre, en mis salidas de los medios”

Santo Domingo.-“La credibilidad es el sello de marca del periodismo, es lo que te califica frente a la sociedad’’, Osvaldo Santana, galardonado con el Premio Nacional de Periodismo 2017.
Parte de la trayectoria de Osvaldo Santana:

Fue director del periódico El Caribe en 2011 y ha liderado otros diarios como El Nuevo Diario, así como los desaparecidos El Siglo, Última Hora y la Revista Rumbo. También estuvo al frente de la dirección de CDN Canal 37, además de tener una destacada trayectoria en diversos espacios de radio y televisión. En esta entrevista, con Santana, analizamos los desafíos del periodismo en República Dominicana, la credibilidad y la democracia.

¿Cuáles son los desafíos del periodismo de opinión?
Preferiría decir el periodismo, en general, porque es lo mismo para todos los fines. El gran desafío es el compromiso social bajo cualquier circunstancia.

¿Qué influencia tiene el periodismo de opinión en la sociedad?
Eso habría que estudiarlo. No tengo medición acerca de cómo impacta determinado tipo de periodismo en la sociedad. Pero, en cualquier caso, lo esencial es que contribuya a la formación de un criterio entre las personas.

¿Se puede establecer credibilidad y competir por la atención en un escenario cada día más mediático?
La credibilidad es el sello de marca del periodismo, es lo que te califica frente a la sociedad y permite ocupar un determinado espacio en un “escenario cada día más mediático”.

¿Cómo se consigue la confianza del público?
Trabajando cada día respetándose a sí mismo, desde una perspectiva de integridad y profesionalidad a toda prueba, frente a todos los poderes.

El periodismo tiene una misión fundamental de vigilancia de los poderes públicos y privados; posee una función de contrapeso. ¿Piensa que los periodistas dominicanos ejercen esa función?

El buen periodismo se asienta en su papel crítico de los poderes, públicos o privados. No sé si contrapesa… Sobre la última parte de la pregunta, habría que hacer un estudio para ver quiénes cumplen o no. Cualquier afirmación es una generalidad y podría ser al mismo tiempo unilateral.

Lo que sí puede asegurar es que los periodistas deben defender los derechos de los ciudadanos, los intereses colectivos por encima de los intereses particulares o corporativos.

Para usted, que desde los diferentes medios en los que ha estado ha luchado por nuestra democracia, ¿en qué punto se encuentra hoy la democracia nuestra?

La democracia dominicana es profundamente imperfecta. Si bien ha sobrevivido como sistema de gobierno civil, republicano, formalmente “democrático y representativo”, como dice la Constitución, y también con una formal división de los poderes, “independientes en el ejercicio de sus respectivas funciones”, en la realidad es una simple caricatura que funciona según coyuntura y la voluntad de los gobernantes.

Desde 1966 se celebran elecciones, unas veces algo libres, otras bajo altos niveles de opresión o bajo el imperio de la corrupción del sistema electoral mediante el predominio del poder o del dinero.

Así, la representación es con frecuencia fraudulenta y no siempre representa la auténtica voluntad de los electores. Una democracia, donde la fuente de renovación del poder suele estar corrompida por la compra de la voluntad popular es, en consecuencia, una pura formalidad.

Nada que decir que no sea más que evidente sobre la separación de los poderes, tampoco sobre la Administración judicial o sobre la implantación de leyes.

Lo más trascendente en estos años de predominio del sistema actual es la estabilidad política, que es un logro, pero falta que la democracia sea auténtica expresión ciudadana, que haya mayor equidad social, que haya justicia distributiva, que el derecho a la educación y a los servicios de salud no sea un privilegio; que se reduzca al mínimo la pobreza y que la justicia sea más accesible para todos, menos cara y un laberinto infernal para los pobres.

Que haya seguridad en la calles y respeto a los derechos humanos y que no se mate a las personas, incluso a quienes están acusados de graves crímenes, en nombre de la seguridad pública.

Ahora que no están en los medios tradicionales Juan Bolívar Díaz, Marino Zapete, Huchi Lora y Osvaldo Santana, ¿Considera nos faltan más periodistas contestatarios del poder?

Tras el fin de los años del gobierno de Joaquín Balaguer, cuando los periodistas jugaron un papel importante en defensa de la libertad de expresión y los derechos de las personas, con saldos trágicos, incluso, el ejercicio crítico del periodismo ha sido zigzagueante, según quienes gobiernan.

De hecho, ha habido cada cuatro años procesos de “cooptación voluntaria” hacia el poder y algo de “aggiornamento”.

Usted fue premio nacional de periodismo en 2017 y es precisa esa distinción para preguntar: ¿alguna vez le llamaron la atención un presidente de la República o un funcionario del Gobierno por realizar algún comentario?

Nunca “me llamaron la atención” porque no podían. Pero el poder estuvo de por medio, siempre, en mis salidas de los medios.

¿Cuál es su opinión sobre el uso antiético que se le está dando a las redes sociales (YouTube, por ejemplo) en el país?

Hay de todo en las redes sociales. Hay quienes hacen un buen trabajo y también quienes obran sin considerar adecuadamente valores fundamentales, en muchos casos por desconocimiento y en otras para ganar “audiencia”.

¿Se necesita una regulación o legislación sobre este aspecto?
Las normas son necesarias, a veces se tornan peligrosas en materia de libertad de expresión.

Investigación

—1— Escasez
Ante la pregunta de a qué se debe la ausencia de periodismo de investigación en los diarios, Santana responde que habría que preguntárselo a los ejecutivos de los diarios. Sin embargo, ve esfuerzos dirigidos a presentar algunas contribuciones.