Orlando Jorge Mera, amigo bueno y buen amigo

Orlando Jorge Mera, amigo bueno y buen amigo

Orlando Jorge Mera, amigo bueno y buen amigo

El abogado y escritor, Carlos Salcedo. Fuente externa

Aún me sobrecoge la infausta muerte de Orlando Jorge Mera, a quien me unió una amistad de 30 años. ¡Que paradoja! Un hombre pacífico muerto por un acto de violencia, injustificado. Murió dejando constancia del cabal cumplimiento de sus funciones como ministro de medio ambiente.

Orlando, ser humano auténtico, con cualidades, conductas y capacidades de un ser bondadoso. Benévolo, pacífico, discreto, generoso, solidario y decente. Empático; con conciencia de su papel social; entregado sin descanso; sincero, leal, humilde y agradecido.

Conocí a Orlando siendo su padre, Dr. Salvador Jorge Blanco, presidente de la República. Entonces estudiábamos derecho en la PUCMM, campus de Santiago.

Por sus amistades, prestancia familiar, ser hijo del presidente, talento y virtudes muchos compartían con él. Nunca vi altanería, vano orgullo ni distancia con sus compañeros. Todo lo contrario.

Nos acercamos en los noventas, ya él graduado, con oficinas de abogados en Santo Domingo, por colaboraciones recíprocas de nuestros despachos profesionales. Tuve incluso la oportunidad de ser abogado en particulares procesos judiciales en representación de su querida familia.

A esto se une un hecho. Como era cercano a la Finjus, de la que fueron directores ejecutivos el Dr. Milton Ray Guevara, Eduardo Jorge Prats y Francisco Domínguez Brito y con cuya institución colaboraba en varios temas, un día, compartiendo con Orlando y algunos amigos más se hablaba dela necesidad de buscar un nuevo director ejecutivo de la Finjus, por la salida de Domínguez Brito.

Me sorprendí cuando, luego de mencionarse algunos nombres que pudieran responder al perfil buscado, Orlando, señalándome, dijo “aquí está el que reúne las condiciones para ser el nuevo director de Finjus”. A pesar de que no era mi intención aceptar dicha candidatura, por mis compromisos profesionales, por su estímulo como el de Eduardo Jorge y Fabiola Medina, fui elegido para dirigir la Finjus (2001-2003).

Orlando practicaba la fraternidad, que para la Madre Teresa de Calcuta es amor en acción. Por su fe cristiana Orlando hizo suyo lo que la propia Santa Teresa de Calcuta decía: «El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio».

Por el amor que practicaste Orlando, debes estar ya disfrutando de la gloria del Padre. ¡Paz por siempre, querido amigo!