La actitud es la mitad del pleito, han dicho antes con otras palabras algunos sabios que refutan aquello de que un pesimista es un optimista mejor informado. La verdad es que así como el pasado fue y ya no es más, y el mañana es inalcanzable, estamos bendecidos con vivir sólo el presente.
Y en el hoy actual de los dominicanos, noto una exacerbación de la opinión pública, atizada por narrativas tan opuestas y contradictorias que parecen describir mundos distintos. Cada argucia expresada por la oposición encuentra el desmentido del Gobierno.
Uno y otro invocan cifras, estadísticas, encuestas y reportes de prensa para sustentar lo que presentan como la única realidad. Olvidan la importancia de la perspectiva y el color del cristal conque se mira… Esta manera de procurar apoyo del pueblo me parece muy inefectiva.
Es como cuando el cura le predica al coro de la iglesia en vez de atender las preocupaciones de la feligresía en general. En lugar de facilitar la cooperación o entendimiento, estas discusiones fomentan el ensanchamiento del abismo inter partidista, mientras crecientes números de ciudadanos se desencantan de los grupos políticos y sus más insignes voceros.
Por tanto, volviendo al inicio de esta nota, estimo necesario estar muy atentos a las actitudes individuales que en su conjunto conforman la opinión pública.
El pesimismo versus el optimismo, ambos, contribuyen enormemente a lo que Merton llamó profecías auto-realizables. Así, prefiero ver el vaso medio lleno y no medio vacío, porque realmente es claro que la actitud es determinante para ganar cualquier pleito o enfrentar retos.