Mientras el presidente Mauricio Macri enfrenta la semana más difícil desde que está en el poder con huelgas y protestas nacionales, el gobernador de una pequeña provincia se ha propuesto hacerle pasar vergüenza.
Alberto Rodríguez Saá aumentó los salarios de los empleados públicos de San Luis hasta un 61 por ciento esta semana en momentos en que Macri trata de convencer a los docentes de aceptar un incremento del 18 por ciento.
Esta postura es un desafío directo a Macri, hombre de negocios millonario que llegó a la presidencia pidiendo a los argentinos que se ajustaran el cinturón después de una década de generosos subsidios estatales y protección a la industria local.
La situación es muy distinta en San Luis, una provincia de 430,000 habitantes ubicada entre Córdoba y Mendoza que produce pañales y productos de papel.
La provincia tiene la carga impositiva más baja de Argentina y no planea recortar ningún programa de obras públicas para cubrir los aumentos de salarios, señaló Rodríguez Saá.
La provincia es una de las pocas que no está endeudada. Con superávits fiscales desde 2012 a 2015, dijo Joaquín Olivera, analista de investigación sénior de Balanz Capital en Buenos Aires.