Los manifestantes bloquean una avenida durante una protesta anti-gobierno en Caracas, el 20 de julio de 2017. Una huelga nacional de 24 horas se inició en Venezuela el jueves, en una oferta de la oposición para aumentar la presión sobre el presionado presidente Nicolas Maduro después de cuatro meses. AFP
Caracas.- Los opositores venezolanos iniciaron este jueves un paro general para exigir al presidente Nicolás Maduro que retire su Asamblea Constituyente, tras casi cuatro meses de protestas con violentos disturbios, bloqueos de calles y una economía a media marcha.
El paro cívico, de 24 horas, arrancó a las 06H00 locales (10H00 GMT) en el inicio de la llamada «hora cero», una intensificación de las manifestaciones que dejan un centenar de muertos desde el 1 de abril.
Animada por los 7,6 millones de votos del plebiscito simbólico que realizó el pasado domingo contra Maduro y su Constituyente, la oposición convocó a un cese de actividades formales e informales pero «activo», por lo que vías de Caracas y otras ciudades amanecieron desoladas y bloqueadas con barricadas.
La escalada echa a andar una cuenta regresiva. Dentro de diez días, por iniciativa de Maduro, se elegirán 545 asambleístas que reformarán la Carta Magna, una controvertida convocatoria que prendió aún más la calle.
«Tengo siete obreros y les voy a pagar el día. No importa perder una jornada de trabajo si estamos perdiendo un país. Me sumo al paro para rescatar lo poco que nos queda de él, para aumentar la presión», dijo a la AFP Omar, de 34 años, dueño de una pequeña empresa constructora del sureste de Caracas.
No obstante, confrontado también a una fuerte presión internacional para que desista de su proyecto, el mandatario asegura que la Constituyente irá contra viento y marea «por la paz y recuperación económica» del país.
«Va, ahora más que nunca», dijo Maduro el martes, al rechazar amenazas de sanciones económicas del presidente estadounidense, Donald Trump, si avanza la Constituyente.
Un pulso desigual
El paro es apoyado por la cúpula empresarial, cámaras de comercio e industria, parte de los sindicatos, estudiantes y transportistas.
Pero el gobierno controla la estratégica industria petrolera y el sector público, con casi tres millones de empleados.
«Este paro es un pulso de fuerza financiera entre un empresariado y una población famélica y pauperizada, contra un gobierno también quebrado, pero que controla los pocos recursos de un país petrolero», opinó Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis.
Marcela Máspero, coordinadora de la Unión de Trabajadores de Venezuela (UNETE) -una de las principales centrales obreras del país-, sostuvo que muchos empleados «están sometidos a presiones», pero aún así apoyarían una huelga general.
«Estos días son claves para saber si el gobierno entiende que una salida pacífica y democrática a la crisis, para los trabajadores, significa retirar la Constituyente», declaró a la AFP el dirigente sindical Froilán Barrios.
Los empresarios, a quienes Maduro acusa de una «guerra económica» para derrocarlo, apoyan el paro porque creen que la Constituyente instaurará un modelo económico que empeorará la crisis que sufre el país con las mayores reservas petroleras del mundo. A
fectada por una severa escasez de alimentos y medicinas y una voraz inflación, Venezuela perdió el 70% de sus empresas en la última década, y las que quedan funcionan al 30% de su capacidad, según la patronal Fedecámaras.
«La Asamblea Constituyente no es más que una manera de disfrazar la transformación de Venezuela a un Estado comunista», aseguró el presidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal.
Si la tensión se mantiene hasta el último trimestre, el PIB se contraería 9% en 2017 frente a una previsión original de -4,3%, precisó a la AFP Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.
Paro pero «activo»
En vísperas del paro hubo bloqueos espontáneos de calles, no convocados por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), aumentando el caos sobre todo en Caracas.
«Un cierre que no esté ajustado al procedimiento de ley, acarrea sanciones», advirtió el ministro de Trabajo, Néstor Ovalles, a las empresas que se sumen al paro.
La oposición asegura que el chavismo busca perpetuarse en el poder -tras 18 años de gobierno- a través de una Constituyente que no sólo transformará el Estado sino que regirá al país con facultades absolutas por tiempo indefinido.
Según Datanálisis, 70% de los venezolanos rechazan la Constituyente.
Analistas piensan que medidas como el paro son «necesarias, pero no suficientes» para detenerla. Tendría que exigirlo la Fuerza Armada, sostén de Maduro, según el politólogo Luis Salamanca.
Pero eso no parece probable. Al repudiar las advertencias de Trump, el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, prometió que la Fuerza Armada defenderá la elección de la Constituyente.