Opinadores y bocinas

Opinadores y bocinas

Opinadores y bocinas

David Alvarez

Es a brumadora la cantidad de disparates que se oyen en los medios de comunicación de masas dominicanos. Radio, televisión y periódicos, nos sofocan con chismes y prejuicios, apelando que son amigos de tal o cual funcionario, ensuciando con religiosidad barata argumentos políticos, siendo bocinas asalariadas…

¡hasta los que llaman por teléfono para opinar! Mi mejor consejo es oír la menos radio posible, ver la menos televisión posible, siempre que se trate de “opinión”.

Cultivar una razón crítica, en los tiempos de esa farándula de opinadores de poca valía, demanda el estudio sistemático y el uso del intelecto.

Una buena guía para aquellos que no han recorrido los senderos del pensamiento racional es comenzar con un librito de Carl Sagan titulado El mundo y sus demonios, donde él motiva el uso del escepticismo -raíz de la ciencia- como herramienta para desmontar todas las sandeces que se vocean en nuestra comunidad local por vía de sus medios de comunicación.

Decía Platón que una vida que no se someta a examen permanente no merecer ser vivida, y lamentablemente el grueso de nuestra sociedad vive bajo el impulso inmediato del primer charlatán que le diga un disparate.

Se vocea demasiado, se alza la voz por carecer de argumentos, se atemoriza a los más ingenuos con miedos apocalípticos y se defienden intereses espurios que empobrecen a la mayoría. Ya no hay que reprimir -como en el Balaguerato- porque no hay cuestionamiento.

El grueso de los comunicadores están vendidos y son pastores del rebaño hacia el matadero.



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