Panamá.– La mitad de los niños del mundo sufren el impacto de la violencia contra la infancia, un problema que en América Latina alcanza niveles dramáticos y plantea el reto de crear leyes que prohíban todas las formas de agresión hacia las niñez, afirmó una alta funcionaria de Naciones Unidas.
La Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños, la portuguesa Marta Santos Pais, dijo en una entrevista con Efe que “cada cinco minutos hay un niño que muere como resultado de actos de violencia».
En el último año, la mitad de los niños en el mundo ha sufrido alguna forma de violencia psicológica física, sexual o en línea, según Santos.
“Es claramente un problema de mucha preocupación y por eso se ha incluido como prioridad en la nueva Agenda Global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, lo que nos abre una enorme oportunidad para cambiar la realidad”, afirmó.
En la Agenda Global, aprobada hace dos años, se ha incluido por primera vez en la historia una meta precisa de eliminación de todas las formas de violencia contra la niñez hacia el año 2030.
Santos, que participa en el V Foro Mundial de la Red Global de Religiones a Favor de la Niñez (GNRC) en la capital panameña, dijo que la situación es alarmante en Latinoamérica, que tiene el 8 % de la tasa global de homicidios de niños.
América Central, por su parte, es “particularmente dramática” por las tasas de violencia armada asociada a las pandillas y al crimen organizado “con homicidios de niños con edad inferior a los 15 años».
Datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) de 2017 indican que 1 de 4 homicidios de niños o adolescentes que se cometen a nivel mundial ocurre en la región.
Las estadísticas de Unicef también señalan que 1,1 millones de niñas adolescentes entre 15 a 19 años han experimentado violencia sexual o cualquier acto sexual forzado, mientras 2 de cada 3 niños y niñas sufren algún tipo de disciplina violenta en el hogar y 1 de cada 2 menores de 15 años es sometido a castigo corporal.
En Panamá, según estos mismos datos, un 18 % de niños, niñas y adolescentes presentan un menor desarrollo para su edad por el impacto de la disciplina violenta.
Aún así, la alta funcionaria de la ONU consideró que los datos estadísticos de los que se dispone “son verdaderamente una pequeña indicación de lo que es la realidad”, en parte, dijo, porque “los niños tienen mucho miedo de contar sus historias” y los testigos tampoco lo hacen.
Pero señaló que es importante reconocer que en todos los datos existentes “lo más frecuente son los casos de violencia al interior de las familias».
Santos abogó porque los países de la región trabajen en planes nacionales, políticas y reformulen leyes para prevenir y eliminar la violencia contra la infancia, y resaltó que desde el informe mundial de la ONU de 2006 se han dado avances “muy positivos” en ese sentido.
Explicó que hasta el momento hay diez países de la región con legislaciones fuertes que prohíben todas las formas de violencia e identifican medidas de protección a las víctimas y también anticipan formas de reintegración para que se recuperen del trauma sufrido.
Entre estos países se encuentran Uruguay, Venezuela, Costa Rica, Argentina, Paraguay recientemente y hace cerca de un año Perú.
Resaltó que República Dominicana tiene una hoja de ruta “extremadamente detallada” en esta materia “fruto de una participación muy amplia del Estado, sociedad civil, líderes religiosos y jóvenes, junto con Naciones Unidas.
“Solamente dos están haciendo falta en tener una ley de protección integral de los derechos de la niñez con una clara prohibición de todas las formas de violencia contra la niñez- Chile y Panamá”, remarcó.
Santos destacó que en estos dos países existe un proceso “muy importante” de reformulación legislativa con la participación de expertos internacionales. Pero aún así, expresó, “estamos aún muy lejos de lo que queremos».
Ya pasaron casi dos años de la adopción de la agenda, apuntó, “y no podemos postergar la adopción de medidas, porque no será el día antes del final de 2030 que los cambios se van a alcanzar».
Sobre los denuncias por abusos por miembros de la Iglesia católica contra menores, la funcionaria dijo que aparte del seguimiento que Naciones Unidas hace “muy de cerca a los procesos (…), esperamos que una reunión -como la que concluye hoy- pueda cambiar, ayudar a investigar, a prevenir y a proteger a las víctimas».