Bogotá.- El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) planteó este lunes una hoja de ruta para entender el descontento social en varias regiones del mundo que se manifiesta en forma de protestas ciudadanas resultantes de una nueva generación de “profundas desigualdades».
Así lo plasmó el organismo en su “Informe sobre Desarrollo Humano 2019”, que fue presentado en Bogotá y en el que se pregunta por qué la gente está tan preocupada por la desigualdad si “las estadísticas económicas dicen que todo va mejor».
Este año las protestas han sacudido al mundo -de Hong Kong a Chile, pasando por el Líbano, Irak, Ecuador, Bolivia, España, Colombia o Haití- con millones de personas en las calles por diferentes razones, aunque con un denominador común- el descontento social.
El administrador del PNUD, Achim Steiner, manifestó que en ocasiones “los líderes, gobernantes y arquitectos de los modelos de desarrollo que practicamos se quejan de por qué todo el mundo protesta si la vida está mejorando”, por lo cual el informe provee “una mirada importante” sobre las razones de las manifestaciones.
CRISIS CLIMÁTICA Y CAMBIO TECNOLÓGICO
En el documento, el PNUD advierte que está surgiendo una nueva generación de “desigualdades severas” que limitan el desarrollo humano pese a que el mundo ha avanzado en reducir las brechas no resueltas del siglo XX como el aumento en la esperanza de vida al nacer a escala mundial.
Por la crisis climática y el profundo cambio tecnológico las desigualdades están adoptando formas nuevas. Como ejemplo cita el acceso a la tecnología, pues los países en desarrollo presentan una tasa de 67 suscripciones de telefonía móvil por cada 100 habitantes, la mitad que en los países con desarrollo humano muy alto.
“Debemos diseñar plataformas, mercados incluyentes, para evitar que nuestra sociedad se desmorone. Otra gran desigualdad es el cambio climático, el gran factor de la desigualdad, porque las personas que han contribuido poco al problema tienen que cargar con el costo absoluto de este cambio”, detalló Steiner en la presentación en Bogotá, a la cual asistió el presidente colombiano, Iván Duque.
No obstante, el informe destaca que en las primeras dos décadas del siglo XXI se han reducido considerablemente las privaciones extremas pero alerta de que hay desigualdades que están en “niveles inaceptables” como las libertades para ir a la escuela, obtener un trabajo o disponer de comida suficiente.
En ese sentido, el 42 % de los adultos que vive en países con desarrollo humano bajo cuentan con estudios primarios, mientras que esa cifra es del 94 % en los de desarrollo humano muy alto, lo cual evidencia las brechas de desigualdad que se replican en todos los niveles educativos.
DESIGUALDAD DE GÉNERO
Según el PNUD, la disparidad de género es uno de los factores que generan más desigualdad y que está más arraigado en todo el planeta ya que “estas desventajas afectan a la mitad de la población mundial».
“La desigualdad de género es un problema complejo en el que los avances y retrocesos difieren de un lugar a otro y según el tema de que se trate. El nivel de conciencia ha aumentado gracias a los movimientos #MeToo o #NiUnaMenos”, destaca el informe.
Resalta que “la desigualdad continúa siendo muy elevada en cuanto al poder que ejercen hombres y mujeres” en lugares como el hogar, el trabajo y el ámbito político.
“Si observamos la igualdad de género y la desigualdad, los índices son muy positivos en algunos contextos pero lo que ocultan en algunas partes son verdades muy duras (…) Estarían sorprendidos de cuantos países tienen leyes que no son justas con las mujeres”, afirmó Steiner.
ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO
Las desigualdades se hacen evidentes en la clasificación de 189 países según su Índice de Desarrollo Humano (IDH) -que combina ingresos, esperanza de vida y educación- y que está encabezada por Noruega con una puntuación de 0,954 y la cierra Níger con 0,377.
No obstante, el jefe del PNUD resaltó que ese índice es “un intento de capturar” valores para juzgar el desarrollo, pues “las estadísticas como promedio pueden contar muchas historias pero ocultan muchas verdades».
“Este informe nos invita a ir más allá de los promedios para ver cómo las personas se conciben en esta economía, ofrece no solo respuestas sino un modelo que ayude a cada país”, apostilló.
Completan la lista de los diez primeros Suiza (0,946), Irlanda (0,942), Alemania y Hong Kong, ambos con 0,939; Australia e Islandia (0,938), Suecia (0,937), Singapur (0,935) y Países Bajos (0,933), superando a países como Canadá, situado en el puesto 13; Reino Unido y Estados Unidos, ambos en decimoquinto lugar; Japón (19); España (25) y Francia (26).
Ligeramente por encima de Níger, el país con el peor IDH del mundo, en los últimos puestos del listado están solo naciones africanas- Guinea Bissau (0,461), República Democrática del Congo (0,459), Mozambique (0,446), Sierra Leona (0,438), Burkina Faso y Eritrea (0,434) y Mali (0,427).
EL CASO COLOMBIANO
En la clasificación del IDH, Colombia pasó del puesto 90 en 2018 al 79 este año, un ascenso de once lugares que fue valorado por el PNUD, que destacó las políticas gubernamentales que hacen de este país uno “más inclusivo, equitativo e innovador”, según la representante de ese organismo en la nación andina, Jessica Faieta.
“El avance significativo en el desarrollo humano que ha tenido Colombia en los últimos quince años es mayor que muchos países de la región y del mundo y, sobre todo, en su reducción de niveles de pobreza y el mejoramiento de sus indicadores sociales de salud y educación”, aseveró.
Esto pese a que desde el 21 de noviembre miles de personas se manifiestan en las calles para pedir cambios en la política social y económica del Gobierno.